El presidente de la República, Martín Vizcarra, encabezó este domingo 7 de junio la ceremonia por el 140° Aniversario de la Batalla de Arica y renovación de juramento de fidelidad a la bandera. La actividad se realizó en la plaza Franciso Bolognesi, en Cercado de Lima.
“Con emoción y profundo sentido patriótico conmemoramos hoy, 7 de junio, el Día de la Bandera y el 140° aniversario de la Batalla de Arica, una de las mayores gestas de nuestra historia, donde los soldados defendieron la soberanía y la integridad territorial con las más grandes muestras de coraje y amor a la patria y lo hacemos desde esta emblemática plaza que lleva el nombre del héroe nacional Francisco Bolognesi porque ninguna circunstancia, por más difícil que sea, puede impedir que los peruanos rindamos homenaje a quienes forjaron nuestra nación”, fueron las palabras con las que inició su discurso el mandatario.
“Por el contrario este es un momento donde debemos evocar el legado de nuestros grandes héroes y reafirmar el compromiso con la patria, porque cuando hablamos de patria, hablamos de sentimiento, afecto, orgullo, sentido de pertenencia. Por eso estamos aquí, los representantes de poderes del Estado e instituciones, de las Fuerzas Armadas y PNP, para renovar juntos el juramento de fidelidad a la bandera, máxima expresión de peruanidad”, agregó.
En esa línea, el Jefe de Estado recordó que ya ha pasado casi siglo y medio desde la Batalla de Arica y sostuvo que en la actualidad los peruanos “enfrentamos una nueva amenaza, un enemigo invisible que está generando angustia e incertidumbre en los hogares”.
“Casi un siglo y medio después de la batalla de Arica enfrentamos a un enemigo invisible. Pone a prueba la capacidad de mostrarnos como una sociedad unida, un país que puede ir en una sola dirección ante la adversidad. Hoy, el destino nuevamente nos exige, al igual que los valientes peruanos del Morro, a decidir entre el dilema de darnos por vencidos o dar una lección de valor y responsabilidad de vencer juntos a este nuevo enemigo”, indicó.
Asimismo, Vizcarra afirmó que la defensa a la vida y la salud no tiene colores políticos. “La salud y la economía son el centro de nuestras prioridades. Necesitamos contener la enfermedad, al mismo tiempo, mejorar las condiciones económicas y sociales de la población. Pero, debemos hacerlo gradualmente, para no poner en riesgo lo avanzado”, precisó.