Un dramático llamado al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables hizo ayer una humilde madre de cuatro hijas, quien hace cuatro meses sufrió un grave accidente de tránsito en la carretera a Cajamarca, producto de lo cual han quedado con una semiinvalidez que no le permite trabajar ni mucho menos atender a su familia.
El infierno de Cindy Vásquez Miranda (31) empezó a las 3:30 de la tarde del 1 de mayo, cuando con su prima Janet Miranda Llique y un amigo de esta se dirigían en una moto lineal al centro poblado de Pitura. A la altura del kilómetro 8, en la entrada a Mariscal Castilla, según su versión, apareció una combi.
“El chofer de la combi, de color blanco, conocido como ‘sanpablinos’, por querer adelantar a otro vehículo, invadió el carril por donde íbamos nosotros e impactó por el costado izquierdo a la moto”, indicó Cindy. Los tres ocupantes del pequeño vehículo salieron volando y aterrizaron en el pavimento. Vásquez perdió el conocimiento.
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El conductor de la motocicleta y Janet Miranda, fueron llevados graves al hospital Tomás Lafora de Guadalupe por un patrullero. Allí, el primero fallecería producto de sus graves lesiones. La madre de familia, en tanto, fue conducida por un carro particular al mismo nosocomio. Su diagnóstico fue rotura del fémur izquierdo, mientras su prima quedó con una fisura en la columna.
El drama no acabó allí para Cindy Vásquez. Recién a los 14 días del accidente fue operada para soldar sus huesos. Dos semanas después fue dada d alta, pero regresó a los 22 días por una fuerte infección en la herida que la mantuvo dos largos meses en el hospital Belén de Trujillo, a donde fue derivada. Recién fue dada de alta el 8 de julio último, pero no puede desplazarse por sí misma y, para evitar los dolores, tiene que acostarse o sentarse sobre almohadones.
Ella asegura que la combi tuvo la culpa del accidente, pero cuando los familiares fueron a hacer la denuncia, el chofer de ese vehículo ya había asentado una donde culpaba al conductor de la moto de provocar el accidente pues iba ebrio, según dijo la señora Vásquez.
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La mujer necesita completar sus terapias para volver a hacer su vida normal, pero no tiene dinero. Lo poco que gana su esposo es para mantener a sus cuatro hijas, la última de las cuales tiene una condición severa que impide que su cerebro crezca.
“Pido al Ministerio de la Mujer, a la ministra Anahí Durand Guevara, que se interese en mi caso y me ayude. No quiero dádivas, solo ayuda para volver a caminar y trabajar. Yo laboraba en ventas y ahora nada puedo hacer”, indicó.
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