Las mamás peruanas son guerreras y emprendedoras por naturaleza. Hoy, que se celebra el ‘Día de la Madre’, tres mamitas coraje nos cuentan cómo luchan por sacar adelante a sus familias en medio de la pandemia. Sin temor a contagiarse de Covid-19, solo con el alivio de saber que sus hijos no pasarán hambre y podrán forjarse un buen futuro, trabajan desde la madrugada sin importarle el frio de estos días. Conozcamos las historias de Luz Maribel Bustamante Carhualla (36), Eva Cerpa Chino (57) e Hinda Luz Ore Fernandez de Cosme (39), que son un verdadero ejemplo de ‘mamás chamba’.
La ayacuchana Luz Maribel es enfermera y trabaja en el Hospital Maria Auxiliadora desde hace 15 años. Desde que comenzó la pandemia, ha tenido que asistir a pacientes Covid-19 y ser el soporte emocional de los familiares que pierden a un ser querido por el coronavirus. “Las enfermeras cumplimos una labor especial, más allá de administrar medicamentos o curar heridas, acompañamos en el proceso de la enfermedad de los pacientes de principio al final. Se trata de amor al prójimo, cumplimos la función de una madre porque no hay otra persona que este al lado del paciente cuando están enfermos”, afirma esta joven mamá, que celebrará su día viendo una película junto a su hijo Franks, de 12 años.
Por 30 años, la señora Eva se ha dedicado al oficio de repartir panes entre sus vecinos de la zona de San Gabriel, en Villa María del Triunfo. Esta aguerrida arequipeña tiene cuatro hijos y ocho nietos, y trabaja de lunes a domingo, desde las 3 de la mañana. “No he descansado un día desde que empezó la pandemia. Recojo los panes bien temprano, y empiezo a repartirlo en mi canasta a partir de las 5 de la mañana, esa es mi rutina todos los días. Vendo un promedio de 700 panes diarios, pero ahora último han subido el pan y aunque me compran poco, tengo que salir adelante”, cuenta la señora.
Desde hace 10 años, la señora Hinda Luz trabaja como motoxista en Villa María del Triunfo. Tiene 3 hijos y solo piensa en sacar adelante a su hija mayor, que estudia en una universidad privada. “Inicio mi jornada a las 6 de la mañana, y termino a las 8 de la noche. Soy la primera mototaxista de mi asociación Tavisa. Muchos varones me gritaban: ‘ve a cocinar a tu casa’ cuando estaba manejando. Pero nosotras por nuestros hijos, somos capaces de todo y tenemos que luchar por ellos y sacar carácter y demostrar que sí podemos”, expresa esta tingalesa, que celebrará su día con una Patarashca y tacaco que su esposo e hija cocinarán.
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