Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación
¿En qué se parecen el congresista Moisés Mamani y su lideresa Keiko Fujimori? Mamani ejecutó una operación siniestra que provocó la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, en tanto, Keiko sacó de la manga reuniones secretas que tuvo con el mandatario Martín Vizcarra, para desestabilizarlo y –como algunos analistas afirman– también provocar su salida.
Keiko pretende distraer la atención de los casos de corrupción descubiertos por ‘los audios de la vergüenza’, que la vincularían con el cuestionado vocal César Hinostroza y el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, a quien defiende y respalda públicamente.
En su debido momento, el presidente Vizcarra deberá explicarle al país si formó parte de una conspiración contra PPK, pero lo que llama la atención es la forma y el momento en que Keiko destapó sus encuentros con el mandatario. Se trató de una estrategia astuta, intrigante, al más puro estilo de Vladimiro Montesinos, el asesor de seguridad de su padre, a quien de cariño llamaba ‘Tío Vladi’.
Primero lanzó la ‘bomba’, luego esperó la reacción de Vizcarra y después –astutamente– reveló nuevos hechos a través de sus principales operadores políticos, para desmentir al presidente y acusarlo de mentiroso.
Todo estuvo perfectamente sincronizado, como en una obra de teatro. El domingo antepasado, después de muchos meses, Keiko Fujimori salió en un programa de televisión y reveló que, tras la renuncia de PPK, sostuvo dos encuentros con su reemplazante, Martín Vizcarra.
Keiko y sus asesores esperaron la respuesta del mandatario. El lunes, bien temprano, Vizcarra confirmó que, en efecto, esas reuniones ocurrieron, pero dijo que fue un error suyo no darlas a conocer.
Las cosas parecían calmarse. Pero en la noche de ese lunes, el congresista fujimorista Luis Galarreta declaró que existieron otras reuniones secretas con Vizcarra, antes de que se presentara el pedido de vacancia contra PPK.
“Pregúntele al vocero de la bancada de aquel entonces, el congresista Daniel Salaverry”, dijo en tono intrigante Galarreta.
Acto seguido, al día siguiente, Salaverry soltó la otra ‘bomba’: confirmó esos otros dos encuentros. En total habían sido ¡cuatro las reuniones con Vizcarra!
Salaverry, después de atacar a Vizcarra, dijo que él había participado en la segunda reunión. ¿Y quién participó en la primera?, le preguntaron los periodistas. El suspenso debía continuar: “Solo puedo decir que es un importante dirigente del partido”.
Siguiendo el guion, al día siguiente José Chlimper, el secretario general de Fuerza Popular y hombre de confianza de Keiko Fujimori, declaró al diario ‘Correo’ que fue él quien sostuvo esa primera reunión con Vizcarra.
¿Qué otras sorpresas guardan los fujimoristas? Según fuentes de ese partido, existirían videos, conversaciones telefónicas y mensajes por WhatsApp sobre esos cónclaves.
Lo ocurrido -que coincide con la reaparición de Alan García atacando duramente a Vizcarra- parece una serie de intrigas, traiciones y oportunismo, que Montesinos aplaudiría de pie y envidiaría. Nos vemos el otro martes.