POR: MIGUEL RAMÍREZ/ PERIODISTA DE INVESTIGACIÓN
El miércoles pasado, los peruanos se quedaron estupefactos cuando se enteraron que Keiko Fujimori, la lideresa de Fuerza Popular, fue detenida por 10 días. Nadie lo creía. Parecía una noticia de ficción.
Keiko, la directora de la abusiva bancada fujimorista que hace y deshace en el Congreso, señalada como la causante de las continuas crisis políticas, la que obligó a renunciar al presidente Pedro Pablo Kuczynski, echó a su hermano Kenji del Parlamento y se opuso al indulto de su propio padre, yacía en las imágenes con la mirada perdida, derrotada, al borde del llanto.
Hasta donde se sabe, el pedido de detención de Keiko se basa en hechos contundentes descubiertos por el correcto y acucioso fiscal José Domingo Pérez. El magistrado hizo un trabajo de hormiga. No esperó –como lo hace la mayoría de fiscales– las declaraciones de los delatores brasileños de la empresa Odebrecht para ponerse a trabajar.
Se dedicó a interrogar, uno por uno, a más de mil aportantes de la campaña de Keiko Fujimori el 2011, para probar si eran los reales donantes. Descubrió que varios de ellos aparecían como tales, pero nunca habían entregado un sol. No tenían ni para comer.
En otros casos detectó a 17 personas que supuestamente habían donado US$412,939.42, pero no pudieron justificar su origen. También halló inconsistencias en los aportes de ciudadanos extranjeros que sumaron US$492,702.11.
El fiscal le puso la puntería a una millonaria rifa realizada el año 2010, a través de la cual –según el fujimorismo– recaudaron 2 millones de soles. La pista de que se trató de una rifa ‘bamba’ la dio una extraordinaria investigación del diario ‘La República’ el año 2011.
El fiscal Pérez logró confirmar que, en efecto, se trató de un evento ficticio que sirvió para maquillar el millón de dólares que la empresa Odebrecht habría entregado a la campaña de Keiko Fujimori.
En total, el monto que no está debidamente justificado asciende a 2’058,859 soles, unos ¡731,388 mil dólares!, lo cual casi coincide con la cantidad de dinero que Marcelo Odebrecht y Jorge Barata –los mandamases de la compañía brasileña– declararon haber donado, a través de Jaime Yoshiyama, el jefe de campaña de ese entonces.
El fiscal, incluso, logró probar las llamadas telefónicas que intercambiaron Barata y Yoshiyama, que coincidirían con las fechas de las entregas del dinero.
Pero el cuestionado fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, ya empezó a obstaculizar el trabajo de Domingo Pérez: el viernes cesó a su brazo derecho, la doctora Erika Delgado Torres.
Lo sorprendente es que el fiscal Rafael Vela, coordinador del caso ‘Lava Jato’ –quien no deja de atacar a los anteriores fiscales que vieron esa investigación–, no ha dicho nada públicamente.
Muchas veces el silencio es cómplice. Como bien dice un refrán: ‘El mal triunfa cuando los buenos no hacen nada’. Nos vemos el otro martes.