La localidad de Padua, en Italia, ha sido tomada por el escándalo. Y es que allí un sacerdote está siendo investigado por violencia privada y por favorecer a la prostitución, algo que podría ponerlo tras las rejas por un buen tiempo.
Se trata de Andrea Contin, un párroco de 49 años que fue denunciado por una mujer, madre de familia. Esto lo efectuó en diciembre pasado, pero recién se han dado a conocer los detalles de la historia.
Lo más curioso del asunto es que ella no acusó al hombre tras conocer sus presuntas costumbres, sino por otra razón. "Tengo una historia de amor con el sacerdote desde el 2012, pero se ha convertido tan violenta que terminé en el hospital", comentó a la Policía.
Las investigaciones dieron cuenta de que el sacerdote tenía vibradores, fustas, cadenas, esposas y vídeos pornográficos. Algunos de los videos eran protagonizados por el religioso.
Hay que mencionar que la mujer no habría sido la única amante del párroco, sino que también hubo muchas más mujeres. El factor común entre ellas es que Andrea Contin logró hacerse de su confianza en un momento de debilidad matrimonial.
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