Visten de blanco de la cabeza a los pies y muchos los llaman “ángeles en la tierra”. Siempre están caminando apurados (as) por los pasillos del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN), otros llamando a los pacientes a consulta, un buen grupo brindando confort a los menores hospitalizados y otros asistiendo con equipos a los pacientes más delicados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Nos referimos a los más de 670 Técnicos en Enfermería del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN), entre hombres y mujeres, guerreros de mil batallas, que dan, cuidan, mejoran y salvan vidas de los niños y adolescentes que el 6 de mayo celebraron su día.
Desde que nacieron el destino los seleccionó a una vocación plena al servicio y al amor por preservar la vida de los otros. No buscan protagonismo solo cumplen el rol de ser la compañía idónea de los pacientes para que superen sus enfermedades o al menos controlarlas para que se reencuentren con sus familiares.
“El trabajo para recuperar la salud del paciente es en equipo. Nosotras, las Técnicas en Enfermería y también varones, nuestra labor es atender al niño o niña en todo lo que requiere. Los bañamos, les damos comodidad. Los asistimos”, cuenta la técnica en enfermería Noemí Camacho, quien trabaja en el INSN hace 27 años y 10 de ellos en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados.
Otro de los servicios donde los Técnicos de Enfermería están al pendiente de los pacientes cada segundo es la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Uno de ellos es Pedro Yonson Villegas Rúa (52), padre de dos hijos, quien tiene 33 años laborando en el INSN. Ha pasado por los Servicios de Traumatología, Neurocirugía. Llegó a la UCI tras recibir un curso de capacitación de equipos biomédicos.
“En la UCI todos somos un equipo. Nunca será un sitio confortable para trabajar porque los niños que llegan hasta allí luchan cada segundo por sobrevivir y todos estamos pendientes de ellos para que salgan adelante. Cada niño es como si fuera nuestro hijo. Somos frágiles, pero hay que ser muy valiente”, sostuvo Pedro Villegas.
La más joven de estas tres historias es la Técnica en Enfermería Milagros Briones Mendoza (31), quien labora en el INSN hace 5 años en el Servicio de Hospital de Día. Aquí los pacientes reciben tratamiento de diferentes diagnósticos como asma, alergia, reumatismo, del Servicio de Nefrología y otros.
Ella cuenta que desde niña deseaba ser enfermera y que de cierta forma también cumplió el sueño de su madre porque no pudo estudiar por falta de recursos económicos. “Es una carrera que muchos pensarán que es fácil pero no lo es. Hay que tener mucha paciencia, dedicación y estudiar mucho como otras profesiones”, manifestó.
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