Armando Ureta, el joven que salvó al bebé que fue arrastrado por un huaico en Jicamarca, en San Juan de Lurigancho, estuvo este viernes en el programa de María Pía Copello, Mande quien Mande, para contar sobre su heróica experiencia hace unos días.
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La conductora del programa, empezó su presentación contando que el padre del menor se sintió impotente por la fuerza de la naturaleza. “Ya no podía más, ahí lo describe, y tuvo que soltar a su hijo. Imagínense ese momento, y de pronto llega este héroe, Armando. Ves a este niño, las imágenes nos han conmovido a todos, han sido muy fuertes”, dijo Pía.
En ese momento, Armando Ureta aclaró que Jose Luis Castillo, el papá del bebé, se expresó mal al decir que soltó al pequeñito. “Creo que se expresó mal el hombre sobre su bebé, la corriente era demasiado fuerte, no creo que lo haya querido soltar, lo ha arrebatado, y la distancia que ha recorrido ha sido muy larga, como siete cuadras”, acotó.
Asimismo, contó que en el instante en el que el niño pasó frente a él, una señora gritó para alertar sobre su presencia. “Yo me encontraba observando y corrí sin pensarlo”, refirió.
¿QUÉ DIJO EL PADRE DEL BEBÉ ARRASTRADO POR HUAICO?
Una reportera de ‘Mande quien mande’ llegó hasta el Hospital de San Juan de Lurigancho para enlazarse en vivo con Jose Luis Castillo, el padre que luchó por varios metros contra la corriente del huaico en Jicamarca, con su hijo en brazos. Sin embargo, en un momento las fuerzas lo abandonaron y soltó a su bebé, quien momentos después fue rescatado por un vecino.
“Nunca pensé pasar por esto. Cuando yo voy a la casa, no había acceso porque el agua pasaba con fuerza. Yo me meto por la espalda de la casa y mi hijito estaba llorando en su cuna. Lo agarré fuerte en mi hombro, salgo, y estoy casi por llegar, pisé mal y el agua me jaló. Estuvo unos minutos en el agua y sentía que ya no tenía más vida, a pesar de los golpes, estaba consciente en todo momento”, narró conmovido para el programa de María Pía Copello.
Asimismo, contó que luchó contra la corriente durante unos 120 metros con su bebé. “El agua me botaba, toqué cemento, paredes y una puerta de metal. Me apoyo con un brazo, mi hijito todavía estaba conmigo, pero en un momento lo suelto porque ya el agua me llevaba con mucha fuerza”, relató.
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