Minutos antes que el entonces Presidente, Pedro Castillo, anunciara en mensaje a la Nación que disolvía el Congreso, sicarios colombianos desataron el terror en dos barberías de Los Olivos al acribillar, de 15 balazos, a seis jóvenes, entre empleados extranjeros y clientes. Uno de ellos, un escolar de 16 años que aspiraba estudiar medicina, había ido a cortarse el cabello y terminó muerto.
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Testigos contaron que, a las 11:25 de la mañana del miércoles, dos sujetos que llevaban cascos negros e iban en una moto lineal negra, sin placas, llegaron al jirón Llumpac, frente al parque ‘César Vallejo’, en la segunda etapa de la urbanización Parque del Naranjal. El copiloto descendió, se acercó a la puerta de uno de los locales y abrió fuego a diestra y siniestra.
“Yo estaba sentado, otros también lo estaba, otros estaban parados. El sujeto vino disparando. Yo reacciono y me metí al baño con uno que resultó herido en la pierna. Al querer abrir la puerta a otro cliente es que me cae en el cuello”, contó uno de los sobrevivientes.
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Según testigos, en el primer local, el pistolero hizo diez disparos. El mismo atacante, antes de irse, se fue a la barbería del costado y también hizo unos cinco disparos. Luego huyó en la misma moto que conducía su cómplice.
“Dijo algunas palabras pero no recuerdo qué. Por el acento, al parecer, era colombiano”, contaron.
Una cámara de vigilancia de la zona grabó el sonido de los disparos y la angustia de los trabajadores de ese local.
Cámaras de seguridad ciudadana de la municipalidad de Los Olivos también grabaron el alboroto que se generó tras el atentado. También filmaron al presunto compinche cuando daba la vuelta antes de recoger al sicario.
Los peruanos Miguel Purihuamán (21) y Emerson Huamanchumo (20) resultaron heridos.
Los extranjeros Jesús Blanco (49), en las costillas; Víctor Sandoval (26), en el abdomen; y Brando Crespo (21) en la pierna derecha, son las otras víctimas.
Todos ellos fueron auxiliados por policías del Escuadrón de Emergencia Norte al hospital Cayetano Heredia. Allí, cuatro de ellos quedaron internados.
Quien no pudo sobrevivir fue F. C. R. (16), quien había ido a cortarse el cabello en una de las barberías ya que conocía a los empleados.
“Mi hijo quería estudiar medicina porque quería seguir los pasos de su hermana mayor. Él aún estudiaba en el colegio. Era cariñoso y siempre me recibía cuando llegaba de trabajar. Lo que pido es justicia. La muerte de mi hijo no puede quedarse así. ¡Queremos justicia!”, dijo su madre Lorenza.
Sus prendas eran veladas en su casa de Los Olivos.
Detectives del Depincri Los Olivos investigan el caso a fin de averiguar el móvil pues en junio pasado, el dueño de uno de las barberías, Robín Román, sobrino de una cantante folclórica, fue asesinado en el parque que está al frente de su local.
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