Hace dos años, a Guillermo Jesús Ormeño Rill (56) le detectaron hipertensión y diabetes, esto no lo desanimó, más bien lo motivó a buscar otra forma de trabajo que le permitiera estar tranquilo en casa y cuidar su salud. Así nació Pepo Bodega y Abarrotes, en el corazón del Callao.
El problema fue que justo lo inició en febrero de 2020, un mes antes de que llegara la pandemia a nuestro país. Sin embargo, esto tampoco lo quebró, al contrario, hizo que sacara más fuerzas para seguir adelante.
“Abrí mi tienda un mes antes de la pandemia y fue una situación muy difícil porque debía cuidarme más por los males que ya padecía. Gracias al apoyo de mi esposa y de mis dos hijos, empujamos el negocio. Seguimos todas las medidas de seguridad y hasta exageramos, por eso hasta ahora no nos hemos contagiado”, cuenta este comerciante, que trabajó treinta años en el rubro de comercio exterior.
Ormeño Rill resalta la importancia de capacitarse constantemente, por ejemplo, en atención al cliente, contabilidad en la bodega o en la correcta manipulación de los productos. “Gracias a la Asociación de Bodegueros del Perú, he podido llevar cursos que me han ayudado a mejorar mi organización y productividad. Mi objetivo ahora es convertirme en un minimarket y poner un agente de alguna entidad bancaria en el local”, dice el dueño con bastante entusiasmo.
La bodega está ubicada en el pasaje Cajamarca Mz. M, lote 44, urbanización San Juan Masías, en el Callao. La atención es de lunes a sábado, de 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Los domingos no abre porque ese día se dedica a limpiar y desinfectar la tienda. También pueden visitar su página de Facebook: Pepo Bodega y Abarrotes. b
Dato:
3Asegúrate de que el contacto inicial con el cliente sea el mejor. Para ello debe verse bien tanto la persona que atiende, como la misma bodega. Es decir, estar correctamente vestida y tener la tienda limpia y ordenada.