Ayuda de tipo legal necesita la migrante peruana Gisella Collazo, quien está en Estados Unidos y en días pasados se refugió en una iglesia de Springfield, Massachusetts, para evitar ser deportada. Ella tendría y tener que separarse de sus dos pequeños hijos y esposo de nacionalidad estadounidense.
“Por una cuestión humanitaria sería positivo que Gisella cuente con el apoyo del consulado peruano en Boston, a cargo diplomático Manuel Suárez, en temas de asesoramiento legal y de ayuda psicológica y económica. Nuestra compatriota está muy nerviosa y angustiada por lo que le pueda suceder y aparte no puede laborar y mantener a su familia”, dijo el parlamentario andino Zúñiga Martínez.
PLAZO PARA SALIR YA VENCIÓ
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos dio a Gisella Collazo, nuestra compatriota, plazo hasta el martes pasado para que saliera de este país.
Desesperada y con temor, ella se refugió en la Iglesia Congregacional Unida del Sur de Springfield al lado de sus dos menores hijos.
El parlamentario andino refirió que la situación de Gisella es doblemente crítica porque a su orden de deportación se ha sumado la objeción del alcalde de Springfield, Domenic Sarno, a que permanezca asilada en la iglesia, pues afirma que está haciendo uso inapropiado de la propiedad.
“Gisella es una peruana afincada 17 años en este país, reconocida dentro de su localidad por su trabajo y don de gente. Eso sí, cometió un error administrativo al ingresar a los Estados Unidos de forma irregular, pero creemos que no es una decision humanitaria forzarla a separarse de su familia. El factor humano debe primar”, señaló Zúñiga.
Cabe indicar que el año pasado la también migrante peruana Ingrid Encalada Latorre se refugió en una iglesia santuario de Denver, para evitar la deportación y tener que separarse de sus dos pequeños hijos.