POR: OSCAR TORRES
El presidente de la República Martín Vizcarra se reunió con los miembros de las bancadas de este nuevo Congreso. Faltaron los de FREPAP y Unión por el Perú de Antauro Humala. Por tal motivo, TROME conversó con alguien que sí fue a la reunión en Palacio, uno de los congresistas electos más votados, por Frente Amplio, Carlos Fernández, conocido cariñosamente como ‘Chaparrón’, quien nos recibió en su vivienda de siempre en el Rímac.
Sigue siendo igual, aunque ahora gano 500 soles, sigue siendo igual porque nadie puede vivir con 500. Afortunadamente sembré con mis hijos y cosecho de alguna manera no solamente el cariño de ellos, sino la protección económica.
Hay un proyecto de ley ya discutido en comisiones en el Congreso y aprobado, donde los jubilados deberíamos ganar como mínimo el salario mínimo, valga la redundancia. Eso no soluciona pero ayuda bastante.
Intento hacerlo en el Seguro Social porque no me gusta desperdiciar la plata y además que pago mi seguro, pero es un desastre.
Caminando. Además hace bien a la salud.
Mire, trabajo desde muy niño porque yo decidí trabajar y no estudiar. Antes se acababa la primaria a los catorce, quince años, y entonces le comuniqué a mi mamá que ya no quería estudiar. Entonces mi mamá me dijo: “Acá en la casa no hay ociosos. Acá se trabaja o se estudia”. Me puse a trabajar.
No he parado hasta ahora. Desde los 14, 15 años. Si bien es cierto mis hijos me socorren económicamente, pero es solamente como último recurso pedirles a ellos.
El abandono a los niños y a los viejos.
Porque encontraron sinceridad en mis palabras y como yo soy un político de especie en extinción. De esos que hablan con la verdad y que cumple lo que ofrece.
Uno más.
Entre otras cosas, es decir, la mecánica era que él nos agende las preocupaciones que tiene como presidente y nosotros las preocupaciones que tenemos como congresistas elegidos donde la gente pide: mejores servicios, mejor vivienda, mejor alimentación, mejor servicio de salud, mejor educación y mejores pensiones.
No tan cara a cara, pero sí claro y tajante. Que yo era muy pesimista de los frutos que podían darnos este tipo de relaciones que son ‘mecedoras’ y no se atienden los problemas. Y que él tenía la oportunidad en sus manos de ir combatiendo mi pesimismo haciendo las cosas que le estábamos proponiendo. Que atendiera los problemas de la gente.
Sin respuesta. Dijo: ‘Vamos a ver…’. Otra hamaca, otra mecidita (sonríe).
Es mesiánico. Son unos israelíes que creen que todo se arregla rezando.
Un señor cachaco.
Que está loco.
No.
No, porque es un charlatán más de los que tanto abundan en el país cuando vienen las elecciones.
Pura boca. Es pura boca.
Que comience por su hermano (Ollanta).
No. Ella es una política presa.
No me gustan. Yo vengo de una descendencia de izquierda que se formó al calor de la clase obrera y las luchas sindicales.
Son los que vienen de las ONG o los que buscan acomodos en los gobiernos de turno.
Sin comentario. La ignoro.
(Sonríe) Yo cuando quiero correr me voy a la cancha. En esa ‘cancha’ no he corrido nunca.
Yo o Arana... Marco Arana.
Sí, me equivoqué, Marco Arana.
Hacer lo que no hizo el anterior. Recuperar aunque sea un poco de confianza de la gente y comenzar a tratar la agenda que necesita el pueblo que se trate.
No. Más bien me enteré de que existía un ‘Chaparrón’. Cuando me comenzaron a decir ‘Chaparrón’ comencé a ver la serie. Entretenido, sí.
No, no. El único salto que conoces es el ‘salto del fraile’ y eso no tiene que ver conmigo (risas). Gracias.
Leo, crío peces, hago algo de fotografía, tenía mi cuarto oscuro antes, ahora ya estoy más digital.
‘Pichanguitas’ en el fútbol, claro, hasta ahora peloteo, pico un poco. Siempre he sido volante… Hay que tener clase. Cueto, quien es un monstruo, jugaba acá a la vuelta (de la canchita de la Unidad Vecinal Rímac). Y por si acaso soy hincha del fútbol. Me apasiona.
Que recuerde, cuatro o cinco, pero a punto de caer varias. La habilidad me libró de muchas.
Soy del Rímac. Y acá si no peleas pierdes, (risas).
Yo siempre voy hasta las últimas consecuencias. No tuve así de bronca, bronca, tuve una bronquita con los ‘búfalos’, pues.
Primero, soy feliz de tener seis hijos y ahora sin pareja, sí, porque todo nace, crece, se desarrolla y también muere. Todo cambia.
Soy hasta ahora mujeriego.
Porque creo que hay que luchar por la transformación del país, de raíz ahí.
Muchos. ‘Cien años de soledad’ que ya lo he leído tres veces.
Me gustó bastante ‘El conde de Montecristo’.
Nooo, ya le saqué el jugo a la vida.
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