Por: Katty Gines
“Yo empecé tarde en la moda, pasados los 30 años, fui empaquetador en un supermercado, vendí celulares, muebles en la Feria del Hogar, fui mozo en un casino, anfitrión, y si me daban a vender una piedra, también lo hacía, porque no hay pretextos cuando uno quiere salir adelante”, cuenta Yirko Sivirich, uno de los diseñadores estrellas del Lif Week, que dejó su querida Ica a los 17 años, con el sueño de emprender una vida mejor.
Yirko, con la experiencia que tienes, ¿qué cualidades debe tener un joven que quiere dedicarse al diseño de modas?
Lo primordial es tener el ‘bichito’, que nace contigo, que es innato. Yo recuerdo que a mis amigos les decía qué ropa iba bien con ellos, sin imaginarme que esto era lo mío. Además deben estudiar y empaparse de mil cosas, pero sobre todo tienen que tener las ganas de querer salir adelante.
Tú fuiste ‘mil oficios’, trabajaste como empaquetador de ‘Santa Isabel’, ¿cuál es la parte más difícil para iniciar un negocio?
Cuando empecé, la gente no me conocía, yo tenía que demostrar las cosas que estaba haciendo. Ahora que conocen de mi trabajo y les gusta, además los asesoro, lo cual es importante porque esta es mi mejor publicidad, de que se vean bien.
Un joven puede tener muchos sueños, ¿cómo dar el primer paso?
Siempre hay que tener ganas, yo me vine de Ica a los 17 años, estaba solo y tenía cien soles, empecé de cero...
Hay muchos jóvenes que sueñan ser diseñadores de moda, ¿qué les recomendarías?
A los 17 años yo no sabía lo que quería ser, solo tenía muchas ganas de superarme, hice de ‘mil oficios’, porque debía juntar dinero para estudiar administración, porque esta carrera va de la mano con todo, así que deben buscar un trabajo para seguir unos estudios que les ayudará a defenderse en la vida.
Descubriste un poco tarde tu vocación por el diseño, ¿qué crees que influenció en ti?
Entré a trabajar a ‘Ermenegildo Zegna’ de ropa masculina, donde me di cuenta que lo mío era esto, aquí asesoraba a la gente, yo sentía que jugaba y la pasaba bien, no me agotaba, me gustaba lo que hacía.
Hay muchas personas que emprenden un negocio y fracasan, ¿alguna vez pasaste por esto?
El primer año que empecé no ganaba, sentía que le daba vuelta a la plata, tenía que poner mi dinero, porque tener un negocio no es nada fácil. No veía ganancia, trabajaba solo para invertir. Algunos amigos me decían que cambie de rubro, pero seguí apostando por lo que me gustaba. Yo pensaba que si ahora no me iba bien, el tiempo me ayudará a que la gente me conozca.
¿Se necesita mucho dinero para ser un diseñador en el Perú?
Mira, en los viajes que hacía traía ropa o mandaba a hacer algunas cosas, hacía lonches en mi casa e invitaba a mis amigos, abría la maleta y les vendía lo que tenía. La inversión que tuve al inicio fue mínima, empecé con una tienda ‘The Closet’, de 8 metros cuadrados en el 2008, y luego fui creciendo y cambiando de local.
¿Qué tan importantes son los estudios y la capacitación?
Muy importantes, yo hasta el día de hoy no dejo de aprender, y es que siempre hay cosas nuevas que nos permiten crecer.
¿Las empresas ayudan a un diseñador con talento? ¿Los auspician?
Al inicio nadie me conocía, pero luego de mis desfiles, las marcas comenzaron a ver mi trabajo y eso ayudó para que me apoye. Hoy tengo el lujo de escoger quiénes me auspician y, además, tengo contrato con Adidas para usar sus zapatillas para el Lif Week de Primavera-Verano y Otoño-Invierno, además está la marca Mazda de autos y Barrington.
¿Cuál dirías que es la capital de la moda en el mundo?
Nueva York. Te has inspirado en tu tierra, el Caribe, ¿en qué parte de tu vida te encuentras ahora?
Cada una de mis colecciones tiene algo personal: ‘Mi Ica Querida’, ‘Perú’, cuando hice los desfiles fuera, el Caribe, G20 por mis perritos, y siento que soy el mismo de siempre, soy muy de familia, estoy en un momento que quiero estar con gente buena onda. Estoy en un proceso de seguir creciendo, de hacer las cosas cada vez mejor.
¿Estamos vistiéndonos bien los peruanos?
Hemos avanzado mucho, el Lima Fashion Week es un evento que no tiene que envidiar a ninguna pasarela en el mundo, es bien organizado, tenemos muy buenos modelos. Hoy en día, las personas se cuidan en su físico y en lo que se ponen, ahora los novios se arriesgan por ternos de otros colores y con el corte más ceñido. Ya se está viendo el cambio.
¿Qué es vestirse bien?
Es saber combinar las prendas.
¿Vas a Gamarra?
Sí, voy a Gamarra, pero no solo están las tiendas que venden ropa, sino también locales que atienden a puerta cerrada, previa cita y te ofrecen telas muy finas. Gamarra es nuestro emporio de telas, ¿y qué diseñador no ha ido mínimo una vez a la semana?
¿Nos darías algunos consejos para los que sueñan con ser diseñadores?
Todos tenemos la capacidad de hacer lo que deseamos, somos arquitectos de nuestro destino, no importa si tienes un sol o un millón, lo importante es que tengas las ganas de hacer lo que más te gusta.