UNA MANO EN EL CORAZÓN Y OTRA EN EL BOLSILLO. El sábado 13 de febrero, Vilma Lucía Carbajal, una mujer de 71 años, empezó a presentar los primeros síntomas de coronavirus: tos y fiebre. Tras una visita a la posta médica, la diagnosticaron con neumonía. Dos días después, su saturación de oxigeno bajo a 70, lo que podría causarle un paro cardiaco.
El hijo de Vilma, Jesús Antonio Zuranich García, entró en pánico. “Lo que yo hice fue irme temprano a buscar oxigeno, pero no había. Todas las plantas ponían su hoja blanco donde decía “no hay oxigeno hasta nuevo aviso”. Comenzaba para mí la desesperación”, comenta a este diario.
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Jesús afirma que le recomendaron comprar un concentrador de oxigeno, sin embargo, su trabajo como chofer de Reparto de tiendas por departamento no le permite costearlo. “El de 10 litros estaba 11. 000 soles y el de cinco litros de 4.500 a 5.200, yo dije qué voy a hacer si no tengo esa cantidad de plata”.
APELAR A LA SOLIDARIDAD
Jesús recurrió a sus vecinos de la Urbanización El Carmen, en el distrito de Punta Hermosa, Lima. La junta vecinal y representantes de la municipalidad del distrito le prestaron un concentrador de oxígeno. “Gracias a Dios ahora esta saturando de 89 a 94, que es lo primordial”, agrega.
Pese al concentrador de oxígeno, Vilma continúa presentando síntomas del Coronavirus. Su hijo organiza una pollada para este domingo para cubrir los gastos de la enfermedad. “Antes yo trabajaba en una empresa de taxis, todos mis compañeros están poniendo una mano al bolsillo y otra al corazón”, indica.
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