La región de Cusco atraviesa una de las mayores crisis hídricas de las últimas décadas. Sus ríos y lagunas están amenazados. Ante esta situación, y en el marco del ‘Día Mundial del Agua’, las comunidades campesinas recurrieron a la celebración ancestral del Qocha Raymi, que se realizó en el campo ferial de Piuray, en el distrito de Chinchero.
Esta ceremonia revivió la antigua tradición del “pago al agua”, con el fin de fomentar la conciencia sobre la importancia de la conservación del agua, la protección y restauración de los pastos naturales y plantas autóctonas, y resaltando la necesidad de cuidar nuestros ecosistemas. Además, destaca la importancia de la calidad del agua y la necesidad de reducir su contaminación, no solo para garantizar el acceso universal a los recursos hídricos, sino también para mejorar las condiciones de vida de la población.
La celebración, que se conmemora desde el 2018, fue organizada este año por el Comité de Gestión de la Microcuenca Piuray Ccorimarca y la Municipalidad Distrital de Chinchero, en colaboración con instituciones públicas y privadas como SEDACUSCO, que se dedican a la gestión de los recursos hídricos. Entre ellos, el Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica, estuvieron presentes, reafirmando su compromiso en promover la conservación y restauración de los ecosistemas productores de agua, en la lucha contra la crisis hídrica.
El evento incluyó concursos de danzas, competencias deportivas y una feria gastronómica.
Se realizaron faenas de limpieza en la laguna de Piuray y sus alrededores. El objetivo fue motivar a las comunidades a seguir trabajando en la gestión de los ecosistemas hídricos de la microcuenca Piuray - Ccorimarca.
“En años anteriores hemos tenido mucha agua, sin embargo, ya no se tienen lluvias como antes. La laguna de Piuray y los manantiales ya no pueden absorber esa poca cantidad de agua”, advirtió el presidente del Comité de Gestión de la Microcuenca Piuray Ccorimarca, Leonardo Levita Condori, durante la ceremonia que se realizó en el campo ferial de Piuray.
La Laguna de Piuray, que aporta cerca del 38% del agua para consumo humano en la ciudad, está en peligro debido a la disminución de las lluvias y la sequía de las fuentes de agua.
El alcalde de Chinchero, Alcides Cusihuamán, también expresó su preocupación: “Desde el año 2023, hemos sufrido una de las crisis hídricas más fuertes de las últimas décadas. Hemos visto cómo nuestras fuentes de agua, nuestros ríos, nuestras lagunas se han secado y ello ha impactado en cada uno de nuestros hogares.”
En noviembre de 2023, se instaló una mesa técnica con el objetivo de preservar el servicio eco sistémico hídrico que brinda la laguna de Piuray y buscar e implementar medidas para detener el deterioro de la laguna y sus ecosistemas asociados e incrementar su nivel.
Al respecto, la jefa de la oficina de Gestión Social de SEDACUSCO, Eva Palomino, advirtió que “estamos en un momento crucial, en un momento crítico con respecto al agua. Este es un momento para unirnos todas las instituciones públicas y privadas, sin protagonismos, y hacer y velar porque el agua de la laguna de Piura no descienda más sus niveles”.
El rol de las comunidades y las mujeres en la conservación de la laguna de Piuray es vital para la sostenibilidad. Nataly Macutela Lavilla, abogada y egresada del Programa de Liderazgo de Mujeres para la Gestión del Agua (2020), manifestó que el Qocha Raymi es una actividad muy importante porque rescata los saberes ancestrales, principalmente de las mujeres.
“Es importante la labor de las mujeres en el cuidado de los ecosistemas porque históricamente hemos sido guardianas del agua, gestionando su uso doméstico, pero también agrícola”, comentó.
Asimismo, dijo que las mujeres de comunidades campesinas y nativas se involucran en actividades como el turismo, la artesanía, el tejido. Por ello, destacó que es importante integrar a las mujeres en esta cadena económica y productiva para que de forma articulada se puedan vincular a la gestión de los recursos hídricos.
El Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica es un esfuerzo conjunto de la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Gobierno de Canadá, liderado por Forest Trends junto a sus socios Condesan, SPDA y el Imperial College de Londres.
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