Toda exitosa operación militar de envergadura tiene detrás de ella un laborioso, extenuante y silencioso trabajo de inteligencia, que es poco comprendido e injustamente no reconocido.

Es el caso de la acción , que el sábado pasado, 22 de abril, cumplió ¡26 años! de haberse realizado. Como se recordará, ese día un grupo de valerosos comandos del Ejército logró rescatar a 72 rehenes que estaban secuestrados por terroristas del MRTA en la residencia del embajador de Japón.

Como todos los años, hubo justos y merecidos homenajes. Pero hasta hoy, ello no ocurre con un puñado de valientes policías de la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (Dincote) que ejecutaron un cinematográfico trabajo de inteligencia y penetración tecnológica, nunca antes desarrollado en el país, y que permitió el exitoso rescate.

Fueron ellos los que idearon y lograron ingresar al interior de la residencia unos pequeños micrófonos del tamaño de la cabeza de un alfiler, que llamaban ‘bichos’. Eso les permitía escuchar la ubicación exacta, lo que conversaban y todos los movimientos de los terroristas y los secuestrados.

Durante el tiempo que duró el secuestro, los agentes transcribían y analizaban las conversaciones que durante las 24 horas escuchaban a través de los ‘bichos’ que habían camuflado en una jaba de frutas, un termo, una guitarra, una Biblia y un crucifijo.

La mayoría de los agentes eran unos peloteros empedernidos. Por eso, a su principal base de operaciones, que estaba cerca del local, le pusieron ‘La Bombonera’, en alusión al legendario estadio argentino. Sus apelativos también eran de famosos futbolistas: ‘Bebeto’, ‘Romario’, ‘Sotil’, entre otros. Las agentes mujeres eran ‘las voleibolistas’.

Todo lo que analizaban lo enviaban al equipo de comandos del Ejército que, a partir de la valiosa información, prepararon el asalto. El momento culminante del trabajo de los policías ocurrió el día del rescate cuando el gran almirante Luis Giampietri, quien era uno de los rehenes, le dijo al ‘bicho’ que se encontraba en el crucifijo: “¡Mary está enferma!”. Allí empezó la gran operación militar.

Lejos de ser premiados, el siniestro aseso tomó represalias contra todos los jefes policiales que hicieron la tarea de inteligencia.

Loable tarea de los agentes de la Dincote

Durante muchos años he escrito parte de esta historia cuando integraba la Unidad de Investigación de El Comercio y en las columnas de Trome. Hace unos meses me propuse identificar a todos los agentes de la Dincote que hicieron esa loable tarea. La semana pasada llegaron los resultados.

En total fueron 44 los policías: 23 de ellos están en retiro, 18 en actividad y 3 han fallecido. Y aquí viene un dato revelador: de esa cantidad, ¡14 son mujeres!: 6 en retiro y 8 en actividad.

Veremos si algún congresista se interesa en este caso. Aunque la iniciativa debería partir del presidente del Congreso, el general José Williams, quien fue el jefe del Comando Chavín de Huántar. Nos vemos el otro martes.

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