Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación
“Me duele saber que a pesar de que mi padre es un enfermo con un alto riesgo de muerte por sus problemas al corazón, lo estén enviando a morir”, escribió el jueves Keiko Fujimori, la hoy presa jefa de Fuerza Popular (FP), cuando su padre Alberto Fujimori fue regresado a su celda de la Diroes.
Keiko, al igual que otros fujimoristas que invadieron las redes sociales con mensajes lacrimosos, sufre de amnesia selectiva. No recuerda que, el año 2017, ella misma ordenó a su entonces poderosa bancada rechazar un proyecto de ley que proponía que Alberto Fujimori cumpliera su condena en su domicilio.
La propuesta -que en un inicio fue anunciada por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski- fue presentada por el parlamentario Roberto Vieira. Proponía que todas las personas mayores de 75 años que hubieran cumplido un tercio de la pena y tuvieran una enfermedad, podían acogerse a ese beneficio.
Todos estaban seguros que el proyecto sería aprobado en la Comisión de Justicia, que FP controlaba a su antojo. Pero sucedió todo lo contrario. Los fujimoristas votaron para que se archivara.
¿Quiénes fueron los más tenaces opositores de dicho proyecto que beneficiaba a Alberto Fujimori? ¡Las congresistas Úrsula Letona, Alejandra Aramayo y Karina Beteta! Así como lo lee.
“La solución no es el Congreso. La solución es un indulto del presidente Kuczynski”, gritó Beteta.
Aquello fue como un balazo en la nuca para Kenji Fujimori, el otro hijo del expresidente. Kenji empezó a tener conversaciones bajo la mesa con el entonces mandatario Kuczynski, quien en diciembre indultó a su padre, generando la indignación de la población.
En lugar de agradecerle, como lo haría un buen hijo, Keiko inició una feroz campaña contra PPK hasta que logró su renuncia, a través de un siniestro plan de grabaciones que fue ejecutado por el congresista Moisés Mamani.
No contenta con eso, Keiko fue por la cabeza de su hermano Kenji, quien terminó desaforado del Congreso. Ahora Kenji se dedica a vender huevos y limones.
¿No se acuerda de todo eso, señora Keiko?
El congresista Carlos Tubino es otro prominente fujimorista que también sufre de amnesia selectiva. Tubino dijo que Alberto Fujimori se encontraba preso injustamente por violación de derechos humanos, porque –según él– no es posible que un jefe de Estado sepa lo que hace cada elemento de las Fuerzas Armadas.
Tubino no recuerda que los militares del Grupo Colina fueron condecorados, ascendidos y Fujimori dictó una ley de amnistía para ellos. Pese a que todo el mundo sabía y era público que ellos habían secuestrado, matado, calcinado y vuelto a enterrar a los estudiantes y al profesor de la Universidad La Cantuta.
Apena que un destacado exmilitar pretenda tergiversar la historia, para defender a un exmandatario sentenciado en un juicio ejemplar e impecable. La ley es para todos. Nos vemos el otro martes.