La sorpresa por Navidad de Lamborghini a un niño de 12 años que construía una réplica en su garaje. (Lamborghini)
La sorpresa de Lamborghini a un niño que construye una réplica con una impresora 3D

Solo algunos pocos pueden permitirse tener un lujoso Lamborghini Aventador en su garaje. Se trata de un exclusivo superdeportivo que puede costar alrededor de 360.000 dólares. Y esta suma no está al alcance de los dos protagonistas de esta historia: Sterling Backus y su hijo Xander, de 12 años, quien durante un tiempo se ha conformado con manejar este bólido en un videojuego de carreras.

Sin embargo, el videojuego no era suficiente para este pequeño aficionado al fabricante italiano de autos deportivos. Y un día le pidió a su papá construir su propio deportivo a escala real. Sterling no dudó ni un segundo en aceptar el desafío. Pese a la incredulidad del resto de la familia, padre e hijo iniciaron el proyecto en el garaje de su casa, ubicada en la localidad de Erie, estado de Colorado (Estados Unidos).

De este alocada idea ya han pasado casi dos años. Y el auto ha ido tomando forma con la ayuda de una impresora 3D, aunque aún no está listo del todo. La prestigiosa marca con sede en Sant’Agata Bolognese, Bolonia (Italia) conocedora de esta singular historia, ha decidido recompensar la fidelidad y el tesón de los Backus con una gran sorpresa en esta Navidad. El video del regalo es en .

El fabricante italiano acordó con Sterling un plan que iba a dejar boquiabierto a Xander. Unos días antes de Navidad, durante la madrugada, Lamborghini reemplazó la réplica que estaban construyendo padre e hijo por un ejemplar original. Cuando al día siguiente, padre e hijo levantaron la puerta del garaje, el niño se quedó sin palabras al encontrar un Lamborghini Aventador S de color negro de verdad esperándole.

Esto no significa que Lamborghini les haya regalado el superdeportivo. Como agradecimiento a la pasión que han demostrado por la marca, se lo han cedido durante un tiempo para que puedan disfrutar de la experiencia de conducción del Aventador S. De hecho, la cara de Xander al subirse en el superderportivo y oír el rugir del motor lo dice todo: una verdadera sorpresa en el garaje de su casa.


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