Viral de YouTube | En medio de la pandemia de coronavirus, una niña de apenas siete años del estado de Alabama, Estados Unidos, decidió abrir un pequeño puesto de limonada en la panadería de su madre a mediados del 2020, con la intención de poder comprarse ella misma los juguetes y zapatos que quería.
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Sin embargo, el emprendimiento de la pequeña Liza Scott tuvo que redefinir su objetivo seis meses después cuando en enero pasado le diagnosticaron que tenía tres malformaciones cerebrales que le habían provocado convulsiones y que eran necesarias intervenir para evitar una hemorragia cerebral.
Lejos de desmotivarse por el diagnóstico y al ver la preocupación de su familia por los gastos que conllevaría su operación, Liza no desanimó desde el hospital donde estaba luego de sufrir un par de convulsiones y se ofreció para recaudar dinero para costear su intervención con su puesto de limonada.
Las ganas de la pequeña Liza por hallar una solución a su diagnóstico detrás de su puesto hecho de cajas de madera en el que ofrece limonada por 25 centavos el vaso, entre otras cosas, conmovieron a más de uno en las redes sociales a tal punto que ha logrado recaudar aproximadamente US$12.000.
Elizabeth Scott, madre de la pequeña Liza, indicó que si bien le dejó claro a su hija que no tenía que preocuparse por juntar el dinero, ella mismo tomó la decisión de ponerse manos a la obra y abrió una cuenta de recaudación de fondos por Internet en el que ya ha recaudado más de 300,000 dólares.
Además de las donaciones recibidas, Liza ha recibido también ofertas de tickets aéreos y alojamientos gratuitos para cuando viajen hasta la ciudad de Boston, donde se someterá a su intervención quirurgica. “Nos sentimos muy amados [...] Estados Unidos es realmente genial”, dijo Elizabeth.
Según informó la agencia de noticias AP, Liza fue rápidamente aceptada como paciente en el Boston Children’s Hospital, donde un representante dijo que el doctor Ed Smith, neurocirujano, y el doctor Darren Orbach, radiólogo intervencionista, serán parte de un equipo que la operará el próximo lunes.
Tras la intervención, Liza tendrá que seguir recibiendo chequeos médicos hasta que cumpla 30 años. Mientras tanto, continúa ayudando a su familia en todo lo que pueda. Ella dice que no piensa demasiado en esa “cosa de mi cerebro” pero pese a que asegura no estar preocupada, dijo: “sí, tengo miedo”.