A inicios de diciembre, Bethany Howell y su hija de seis años Ashlynd se acomodaron para ver una película. Como es normal por el cansancio de las labores diarias, la madre se quedó dormida al instante. Es allí que la pequeña aprovechó para hacer una travesura que le costaría mucho a su mamá.
Ashlynd, demostrando una destreza que muy pocos poseen a esa edad, tomó el celular de su mamá para comprar juguetes por Internet. Y es que la niñita es fanática de Pokemon, la popular serie y ahora juego que viene encantando a grandes y chicos por todo el mundo. Sin embargo, su capricho le valió a Bethany nada menos que 250 dólares.
La confundida mamá no entendía nada. ‘¿De qué estás hablando? No he comprado nada’, dijo desesperada. Al principio los padres pensaron que se trataba de un hackeo pues nadie sospechaba de las habilidades de Ash. Finalmente, descubrieron a la traviesa niña cuando verificaron que los 13 artículos que habían comprado eran juguetes de Pokemon, la obsesión de la pequeña.
A la mañana siguiente Betheny le preguntó a su hija por la compra. ‘¡Sí mami! Estaba comprando, pero no te preocupes, todo va llegar directamente a casa’, contestó la pequeña inocentemente. Además, cuando le dijo que le explicara cómo accedió a su teléfono, Ash dijo que puesto que no recordaba el código para acceder, utilizó su pulgar mientras dormía.
Finalmente, los desconcertados padres le explicaron a la traviesa niña el valor del dinero y, ya que no podían devolver lo comprado, le dijeron que ese sería su regalo de Navidad.
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