Las redes sociales son el espacio perfecto no solo para interactuar, sino que también son ideales para crear personajes que marcan tendencia en diferentes temas como moda, salud, belleza, ejercicios, alimentación, juegos, etc. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro en Instagram, como demostró la actriz española Almudena Ripamonti.
Almudena, conocida por hacer cameos en populares series españolas como La que se avecina, decidió hacerse pasar por una influencer en Instagram. Es así que contactó con una agencia de marketing para que creen su personaje y así sacar a la luz las estafas de las estrellas de las redes sociales.
Con tan solo 500 euros, es decir unos 620 dólares, Almudena Ripamonti pudo comprar seguidores falsos. En pocos días logró más de 150 mil adeptos a su página de Instagram. Asimismo, le empezaron a llover las invitaciones a eventos y regalos.
‘Preparé mi papel como si fuese para una serie o una obra de teatro: vi las stories de las influencers para ver qué les gustaba o cómo hablaban’, dijo la actriz ahora viral en Instagram según consignó el medio Diario Información.
Almudena Ripamonti fue protagonista del proyecto Sirena de la agencia H2H. El experimento quiso demostrar que con poco dinero es posible convertirse en una influencer de Instagram gracias a la compra de seguidores falsos.
Pero no solo se puede pagar por seguidores. Según el informe, también es posible comprar comentarios, Me Gusta y amigos para Instagram y otras redes sociales. Y si te preguntas por los costos, pues es todo un universo aparte.
El precio de la ‘estrategia de marketing’ para ser una influencer de Instagram varía según el sexo (las mujeres son más caras) o la nacionalidad (los rusos son más baratos que los españoles). Asimismo, tampoco es necesario gastar en ropa para las sesiones de fotos. Y es que el vestuario se compra y tras la sesión, se devuelve. El truco según Almudena es esconder las etiquetas y poner un protector en la planta de los zapatos.
Muy pronto, Almudena comenzó a notar los resultados de la inversión. ‘Me llegaban productos a casa, iba a una tienda y me dejaban la ropa. Es un mundo muy intenso y muy curioso’, aseguró la actriz española.
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