Christina Ferrara es una estadounidense de 30 años que acudió al médico porque sentía cansancio y consideró que, pese a su edad, debía ser por el estrés laboral que tenía en 2017. Sin embargo, otra era la realidad, según contó en Facebook.
A través de una entrevista que se viralizó en Facebook, Ferrara contó a Story Tender que "le sangraban las encías", y su orina se tornaba más oscura, pero no pensó que su organismo estaba mal: hasta que fue al hospital.
En el nosocomio, los galenos diagnosticaron que su hígado no funcionaba bien. Y a las pocas horas dio muestras de ictericia, dolencia que se manifiesta al tornarse la piel amarilla e indica un aumento de la bilirrubina en la sangre, como resultado de ciertos trastornos hepáticos como comentó en Facebook.
Finalmente, el médico que la examinaba dijo que debía ser ingresada al hospital o moriría a los pocos días, según comentó en un post de Facebook.
Ya hospitalizada, y debido a los síntomas cada vez le afectaban más, decidieron inducirla a un coma para anotar en el primer lugar de una lista de transplantes de hígado.
Las horas pasaban y el hígado correcto no llegaba: rechazaron los primeros tres por ser muy grande, otro por enfermo y el otro por viejo. Felizmente, el cuarto hígado arribó y encajó perfectamente con la paciente, según comentó Ferrara en su cuenta de Facebook.
Si no hubiera sido por la rapidez y eficiencia de los médicos, Ferrara ya no estuviera aquí, disfrutando de su familia. Ella lo sabe y está muy agradecido con los galenos que la atendieron.
Aún así, pasado ya un año de su enfermedad, desconoce totalmente que le causó la insuficiencia hepática. Ahora Ferrara se dedica a difundir lo importante que es registrarse como donante de órganos como se aprecia en algunos posts de su cuenta de Facebook.
"Si mi donante no hubiese elegido donar sus órganos, yo no estaría aquí ahora. Necesitaba un hígado específico, y la persona que se registró fue mi ángel guardián", escribió Ferrara en Facebook, donde también mostró una foto de su cicatriz.