Quizá hayas escuchado hablar de Laura Mazza. Y es que esta conocida blogger se volvió viral hace unos días en Facebook luego de publicar la épica respuesta de su esposo luego de decirle entre lágrimas que ya no era más la mujer de la que se enamoró.
Laura Mazza solía tener un cuerpo envidiable. Era delgada y tonificada, por lo que comprar ropa no era un problema para ella… hasta que tuvo a sus primeros hijos. Su figura cambió drásticamente y su abdomen plano no volvió más. Desconsolada, se quejó con su esposo y lamentó no ser la mujer de la que se enamoró, sin embargo, el hombre consideró que su cuerpo era perfecto ya que le permitió dar vida.
Luego de alcanzar la fama con este post, ahora Laura Mazza volvió a causar conmoción en Facebook al contar una nueva experiencia como madre. Y es que decidida a mejorar su condición de salud, asistió por primera vez a una clase de yoga.
El fisioterapeuta de Laura le recomendó que intentara hacer yoga para corregir la separación muscular producto de sus embarazos. Su pared abdominal se había desprendido causando que su estómago ‘señalara como un cono’, según informó Daily Mail.
Enfundada en unas mallas, Laura llegó hasta el lugar de la clase y se sorprendió al ver el ambiente lleno de velas y personas. ‘Santo Cristo esto es yoga real, no es como estiramiento’, contó en Facebook.
Completamente avergonzada la mujer se fue hacia una esquina de la habitación. Los primeros minutos parecían haber transcurrido con normalidad, hasta que se pudieron en una pose mirando hacia abajo y su cuerpo le jugó una mala pasada.
Y es que Laura había estado teniendo síntomas de intestino irritable por lo que los gases la traicionaron y llenó el lugar de un nauseabundo olor que ella misma describió como una mezcla de ‘huevos podridos y plantas’.
‘En algún lugar entre la posición de los delfines y el perro de tres patas, esos huevos de basura ardiendo se me escurrieron y me tiré un gas’, confesó Laura en Facebook. ‘Morí por dentro y ahora oficialmente huelo como si algo estuviera muerto dentro mío’, agregó.
A pesar del mal momento, Laura continuó la clase, aunque su agonía no tenía intenciones de terminar. Cuando el instructor se puso delante de ella para ajustarla, se le escapó otro maloliente gas. ‘Estoy soñando, seguramente estoy en una pesadilla’, dijo antes de salir corriendo por la puerta.
Al cerrar la puerta se encontró con toda la clase mirándola y con el instructor que se limitó a decirle ‘namaste’. Laura salió del lugar y entró al McDonald’s más cercano donde lloró de la risa y prometió no ir más a una clase de yoga.
Al momento, el post de Facebook donde cuenta la hilarante historia es viral y tiene más de 36 mil reacciones, 20 mil compartidos y miles de comentarios de otras madres que también han pasado por lo mismo.
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