Siempre hemos visto a las ‘ojotas’ y nos hemos preguntado si de verdad están hechas de llantas, qué máquinas las hacen, o quién se dedica a este trabajo. Pues una familia en Santa Anita (Lima) mantiene este arte artesanal desde hace mucho tiempo, y compartieron su elaboración a través de su cuenta de .

Aunque parezca mentira es un negocio fructífero, ya que en las imágenes se ve sacos llenos de ‘ojotas’ que pronto irán a venderse a un precio muy cómodo. A diferencia de unas zapatillas, este calzado incaico es muy práctico, durable y resistente, como se ve en el video de Facebook.

En Facebook se puede ver como toman una enorme llanta y las cortan por pedazos circulares. Luego con la ayuda de una prensa van dándole forma a las piezas. Las suelas, plantillas y correas, todo hecho a sudor, cuchillas artesanales y a mano.

La pareja de emprendedores compartieron en Facebook, como le daban los últimos retoques, con una precisión milimétrica y de diferentes tallas. Las correas las unían con clavos pequeños y mucha presión, para que las ojotas resistan la labor de campo y ciudad. Inclusive las adornan para que sea más llamativo.

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