He leído tu libro y es muy punzante. Te has ganado muchos enemigos. Hay mucha gente que te odia, ¿qué sensación tienes?Cierto placer (risas). Si no tienes enemigos, eres un ser, pues, inerte.
¿Por qué no tienes Twitter ni Facebook?Porque (las redes sociales)sacan lo peor de cada gente. Te metes ahí y lo único que ves son insultos, estupideces y razonamientos muy primarios. No me interesa.
¿Por qué tanta repulsión y odio te causa la izquierda?, ¿no crees que es un exceso?No, no es un exceso. Han hecho un daño impresionante, más bien, me sorprende que mucha gente no comparta ese sentimiento. Han deshecho este país. Nadie ha matado tanta gente como la izquierda en este país con Sendero Luminoso y nadie ha hundido el país económicamente como la izquierda. El daño que nos ha hecho es sideral.
En tu libro dejas entrever que tu abuelo José Carlos se volvió socialista por cierto resentimiento social, ¿es así?Es una hipótesis que yo he manejado, no es una verdad absoluta. A veces la gente no pasa la prueba PISA y me dice ‘yo afirmo’, no, estoy manejando una hipótesis, porque el cambio de él es muy repentino, de estar metido en estos círculos pitucos del hipódromo y de ser un chico frívolo de repente, ¡puff!, se mete un bandazo ideológico en meses. Entonces, yo creo que tiene que ver mucho con el rechazo que tuvo en ese sector.
¿Cuál es tu concepto de ‘caviar’?Es una ‘argolla’ gigante que tenemos en Lima. Originariamente era la gente de la generación del 68, pero también hay chicos, hay de todas las edades. Son gente acomodaticia que vive del Estado, que está metida en las ONG, que tiene una ideología de izquierda muy de boca para afuera y que tiene una vocación muy hegemónica y que nos quieren callar a todos la boca con el tema de políticamente correcto.
Te han acusado de pituco y racista, ¿qué responderías?También de homosexual, cocainómano, drogadicto, mil cosas, tonterías e idioteces. A ver, cómo voy a ser racista, si soy nieto de Mariátegui, que Mariátegui es un cholo ilustre (sonríe). De dónde he salido, tendría que arrancarme la piel. Es absurdo.
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En tu libro dejas entrever que tu abuelo José Carlos se volvió socialista por cierto resentimiento social, ¿es así?Es una hipótesis que yo he manejado, no es una verdad absoluta. A veces la gente no pasa la prueba PISA y me dice ‘yo afirmo’, no, estoy manejando una hipótesis, porque el cambio de él es muy repentino, de estar metido en estos círculos pitucos del hipódromo y de ser un chico frívolo de repente, ¡puff!, se mete un bandazo ideológico en meses. Entonces, yo creo que tiene que ver mucho con el rechazo que tuvo en ese sector.
¿Cuál es tu concepto de ‘caviar’?Es una ‘argolla’ gigante que tenemos en Lima. Originariamente era la gente de la generación del 68, pero también hay chicos, hay de todas las edades. Son gente acomodaticia que vive del Estado, que está metida en las ONG, que tiene una ideología de izquierda muy de boca para afuera y que tiene una vocación muy hegemónica y que nos quieren callar a todos la boca con el tema de políticamente correcto.
Te han acusado de pituco y racista, ¿qué responderías?También de homosexual, cocainómano, drogadicto, mil cosas, tonterías e idioteces. A ver, cómo voy a ser racista, si soy nieto de Mariátegui, que Mariátegui es un cholo ilustre (sonríe). De dónde he salido, tendría que arrancarme la piel. Es absurdo.
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