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A la plancha, asado, al horno, frito, rebozado, el pollo es una de las carnes más consumidas en los hogares gracias a sus posibilidades en la cocina. Pero pocos saben cómo reconocer si está en mal estado al momento de adquirirlo en el mercado. Hoy en Trome te compartimos los y claves para saber si el pollo está fresco antes de comprarlo.

Comprar pollo en mal estado es una de las cosas más desafortunadas que nos puede pasar, pues no solo se perdería dinero, sino también se podría poner en riesgo la salud. Afortunadamente, hay algunas señales que puedes tomar en cuenta para evitar que te lleves a casa un pollo en mal estado,

Para evitar que compres un pollo en mal estado, fíjate en los siguientes aspectos que hoy te vamos a contar, son recomendaciones muy fáciles que evitarán comprar uno en mal estado. Toma nota de esas señales que seguro te serán de mucha utilidad cuando vayas al supermercado o mercado.

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Sentir el pollo con las manos también sirve para identificar si está fresco. (Foto: Pixabay)
Sentir el pollo con las manos también sirve para identificar si está fresco. (Foto: Pixabay)

Trucos saber si el pollo está malogrado antes de comprarlo

Si lo compras en el supermercado, los pollos o las piezas muchas veces vienen envasadas y con fecha de vencimiento. Siempre que hayan mantenido la cadena de frío, esa fecha es válida y garantía de frescura. Pero si compras el pollo en un puesto del mercado, debe pasar las siguientes pruebas:

  1. Fíjate en la textura y piel. Debe de estar firme con buena apariencia en su piel sin que sea viscoso o pegajoso, que no tenga golpes, moretones, manchas rojizas o incluso moradas, hunde tu dedo en la carne para comprobar la firmeza de la carne y textura de la piel. Evita a toda costa comprar piezas que presenten estas señales, no es para nada un pollo fresco.
  2. Olor de las piezas. Un pollo fresco no tiene mal olor. Tiene un olor característico, pero no es desagradable. Por el contrario, un pollo en mal estado desprende un olor fuerte y desagradable, similar al de los huevos podridos, azufre o sencillamente un olor extraño. Confía en tu olfato: si la carne huele mal, no la compres, ni mucho menos la consumas en tu casa.
  3. Color de la carne. Cuando el pollo está crudo debe tener un color rosa claro o ligeramente anaranjado con vetas de grasa blancas. Si tiene otro color más amarillento con tonalidades rojizas, es probable que esté a unos días de entrar en estado de descomposición.
  4. Desconfía de los bajos precios. Al momento de comprarlo, también guíate por el costo de la carne, cuando te ofrecen un pollo muy barato, no será uno fresco o en el peor de los casos podría echarse a perder ya en casa. Muchas veces rematan a precios bajos la carne que ya lleva mucho tiempo sin venderse. Ojo con ese detalle al momento de comprar carne de pollo.

Recuerda que el pollo no se lava, para evitar la contaminación cruzada. Además, no olvides lavarte las manos, antes y después de manipular la carne, al igual que todos los implementos que uses durante su preparación: cuchillos, tablas, recipientes. Toma en cuenta todos estos detalle y disfruta de tu pollo.

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