La Semana Santa es considerada una de las festividades más significativas para la religión cristiana y católica, ya que durante este periodo se conmemora la pasión y muerte de Jesucristo. Por esta razón, en estos días de reflexión existen ciertas actividades que se consideran inapropiadas, especialmente en el Viernes Santo. A continuación, se presentan algunas de las limitaciones que han sido establecidas desde tiempos antiguos, muchas de las cuales resultan curiosas.
Semana Santa 2023: ¿qué cosas están ‘permitidas’ en Viernes Santo?
Durante esta época, es común seguir ciertas tradiciones, como el día de penitencia, la abstención de carne o el ayuno. Asimismo, el Viernes Santo se caracteriza por la ausencia de misas, en memoria de la muerte de Jesucristo, y por el luto que los cristianos deben guardar hasta el Sábado de Gloria. Sin embargo, desde tiempos antiguos han existido restricciones curiosas para este día que, aunque ya no se practican en la actualidad, forman parte de la historia de esta festividad.
- Ayunar durante 24 horas
- No está permitido darse un baño, ya que es considerado un pecado en Viernes Santo
- No realizar ningún acto sexual.
Algunas de las prácticas tradicionales que se llevan a cabo durante esta semana religiosa son las siguientes:
- Durante el quinto día de la semana, conocido como Viernes Santo, está prohibido el consumo de carne de cerdo y res.
- La Iglesia establece que es necesario guardar abstinencia como una forma de fortalecer nuestra relación con Dios y reparar nuestras malas acciones.
El Código de Derecho Canónico reconoce la festividad del Viernes Santo como un día de penitencia, en el que la abstinencia de carne puede ser reemplazada por la lectura de la Sagrada Escritura, la práctica de la limosna y la realización de obras de caridad.
Viernes Santo: ¿cuál es su origen?
El Viernes Santo, de acuerdo al Nuevo Testamento de la Biblia, fue el día en que Jesús fue arrestado por las autoridades romanas y condenado a morir en la cruz. San Juan relata la secuencia de eventos y describe el dolor y la humillación que Jesús sufrió durante su vía crucis hacia el monte Gólgota, donde finalmente pronunció sus últimas palabras.