Es un alimento muy saludable y refrescante que aporta muy pocas calorías, pero a la vez aportan diversos beneficios curativos en las que intervienen al pulpa, la corteza o las semillas. Es muy eficaz para la insolación, la hipertensión o la faringitis, entre otras enfermedades. Además, es una fuente importante de potasio y vitamina A y con propiedades diuréticas.
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La sandía es una de las frutas veraniegas por excelencia. Refresca y es altamente hidratante pero, además, cuenta con un gran número de nutrientes muy beneficiosos para nuestra salud. Contiene vitamina C, vitamina A, potasio, magnesio, licopeno y betacaroteno. Se le llama ‘Citrullus lanatus’ y es conocida como sandía, acendría, síndria, patilla, aguamelón o melón de agua, es una especie de la familia Cucurbitaceae. Es originaria de África con una gran presencia y difusión en todo el mundo
Se debe consumir la sandía porque es buena para el corazón, pues contiene citrulina, que se transforma en arginina. Estos aminoácidos ayudan a mantener la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos, favorecen el flujo sanguíneo y contribuyen a una correcta función cardiovascular.
Reduce la inflamación por su alto contenido de antioxidantes. También es buena para los ojos porque tiene una gran fuente de betacarotenos, que en el organismo se convierte en vitamina A. Es excelente para prevenir la degeneración asociada con la edad. Contiene vitamina C que reduce el riesgo de cataratas.
Ayuda a bajar de peso, es baja en grasa y calorías pero rica en nutrientes. Tan solo aporta 30 calorías por 100 gramos. Además, es muy fácil de preparar para llevar al trabajo.
La sandía se asocia al verano y no es de extrañar, puesto que es un alimento con gran contenido en agua, el 92% de su composición, y contiene importantes electrolitos.
Esta fruta es rica en vitamina C, que es esencial para nuestro sistema inmunológico y, por tanto, protege nuestro cuerpo y nos ayuda a combatir, por ejemplo, los resfriados. Asimismo, mantiene el equilibrio redox de las células y las protege de especies reactivas al oxígeno, que dañan nuestras células y el ADN.
El papel de la vitamina C en la curación de heridas también se ha observado en numerosos estudios, ya que es esencial para la formación de nuevo tejido conectivo. Las enzimas que participan en la formación de colágeno, es decir, el componente principal de la cicatrización de heridas, es ineficiente sin vitamina C. En definitiva, la sandía participa en la curación de las heridas.
esta fruta también promueve el metabolismo de arginina y citrulina, que son muy buenas para el corazón y la hipertensión.
Según estudios, los nutrientes que permiten mejorar la salud cardiovascular y prevenir problemas del corazón son el licopeno, las vitaminas A, B6 y C, y los minerales magnesio y potasio.
Se le conoce como el ‘viagra natural’. El extracto de la carne de sandía puede ser útil para hombres con disfunción eréctil. Consumir sandía de manera habitual y en momentos especiales puede ayudarnos a mejorar en la cama.
Si tenemos una larga jornada de trabajo o practicamos algún deporte nuestros músculos almacenan ácido láctico y amoniaco. La composición de la sandía, rica en L-citrulina, la cual es perfecta para que los músculos se relajen y obtengan energía otra vez.
Por tal motivo, se aconseja consumir sandía después de hacer un esfuerzo físico. Además, su contenido en potasio refuerza el aparato muscular y el sistema nervioso y nos ayuda a hidratar el organismo.
Gracias al licopeno y el agua que contiene, esta fruta es altamente antioxidante. Este hecho es fantástico para mitigar el envejecimiento y reparar algunas arrugas de nuestra piel que surgen por el paso del tiempo.
Si bien lleva menos fibra que otras frutas, su cantidad es importante. La fibra nos regula el aparato digestivo, nos previene del estreñimiento y nos hace sentir mejor por fuera y por dentro.
Resulta muy recomendable, además de para tratar la obesidad, para los problemas de riñón y de vías urinarias.
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