La imagen de los hinchas japoneses recogiendo la basura en el Estadio Internacional Khalifa, así como la de los jugadores de la selección de Japón dejando impecable el camerino, luego de su triunfo sobre Alemania en su debut en el Mundial de Fútbol Qatar 2022, han dado la vuelta al mundo y puesto de nuevo sobre el tapete la pregunta. ¿Por qué es tan limpia la población nipona?
En los mundiales de Brasil, en 2014, y Rusia, en 2018, los fanáticos de la selección japonesa también asombraron al mundo al quedarse después de los partidos para recoger la basura del estadio. En los camerinos se repitió la misma historia.
Estas escenas también se observan en festivales de música, donde los asistentes guardan su basura hasta que encuentran un contenedor. La limpieza en Japón llama la atención de sus visitantes extranjeros, más aún cuando notan la ausencia de papeleras y barrenderos y se preguntan: ¿Por qué los japoneses son tan limpios?
Es parte de una cultura que viene implantada desde las escuelas y su práctica se llama o-soji. Desde que están en primaria hasta la secundaria, la limpieza es parte del horario diario de los estudiantes, explicó a la BBC Mundo Maiko Awane, subdirectora de la oficina del gobierno de la prefectura de Hiroshima en Tokio.
Los menores deben limpiar el aula, los pasillos, escaleras y los baños. También sirven la comida y trapean los pisos. Esto ayuda a desarrollar una conciencia social y orgullo de su entorno. Es mejor no ensuciar.
“En la escuela, un alumno no sólo estudia las materias, también aprende a cuidar lo que es público y a ser un ciudadano más consciente”, explica el profesor Toshinori Saito.
La limpieza que caracteriza a los japoneses tiene relación con una parte central del budismo y el sintoísmo.
En el budismo, que llegó a Japón desde China en los siglos XII y XIII, las tareas diarias como limpiar y cocinar se consideran ejercicios espirituales, no diferentes de la meditación.
En el sintoísmo, que encierra el alma de la identidad japonesa, la limpieza es el núcleo. Un concepto clave en el sintoísmo es “kegare” (impureza o suciedad), lo opuesto a la pureza. Los ejemplos de “kegare” van desde la muerte y la enfermedad hasta prácticamente cualquier cosa desagradable.
“Si un individuo se ve afectado por el ‘kegare’, puede dañar a la sociedad en su conjunto”, explicó Noriaki Ikeda, sacerdote asistente sintoísta en el Santuario Kanda de Hiroshima. Por ello, los rituales de purificación frecuentes son necesarios para protegerse y ayudan a evitar las calamidades
Una buena higiene es sinónimo de buena salud. Aquí algunas costumbres:
Contenido GEC