La limpieza de las luces del auto, ya sean las frontales, intermitentes o las luces traseras, debe ser una acción constante; sin embargo, en muchos casos se realiza recién cuando los faros se ponen opacos, cambian de color o la potencia de la luz no es la misma al encenderla. Es aquí donde los trucos caseros son de gran utilidad para pulir los faros del automóvil de manera muy sencilla.
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1. Vinagre y bicarbonato
Que esta parte del carro esté bien limpia y libre de suciedad beneficia el paso de la luz, sobre todo cuando se maneja de noche o en la carretera. Para esto se puede preparar el siguiente remedio casero.
- En media taza de vinagre añadir 1-2 cucharadas de bicarbonato. Mezclar hasta que quede casi líquido.
- Humedecer un paño con la preparación y utilizarlo para frotar los faros con movimientos circulares.
- Luego de varias pasadas hay que emplear un trapo humedecido con agua para retirar los restos del vinagre y bicarbonato.
- Para darle mayor brillo se puede recurrir a alguna cera especializada.
2. Lija al agua
- Lo primero es limpiar los faros con agua y jabón.
- Proteger con cinta de carrocero los filos del coche, según explican desde ‘Ok Diario’ para no estropearlos.
- Preparar un balde con agua y jabón y mojar una lija de 500.
- Pulir los faros con movimientos circulares durante unos minutos hasta que la lija esté sucia.
- Repetir el paso anterior con una lija de 1000 y después con otra de 1500, que permitirá quitar los posibles arañazos.
- Tras esto hay que aplicar pulimento líquido ultra ligero con una esponja suave o pasta blanqueadora.
3. Pasta de dientes
- Lavar los faros con agua y jabón y aplicar una capa de pasta de dientes que cubra toda la superficie.
- Dejar actuar por 5 minutos y retirar con un paño húmedo frotando con movimientos circulares.
- Volver a limpiar con agua y jabón para retirar todos los restos de dentífrico.
- Luego secar y aplicar cera específica para esta zona del coche.
Si no te animas a usar estos trucos caseros, siempre es útil emplear solo agua tibia y un poco de jabón. Frotar bien las luces y con ayuda de una esponja mojada hacer movimientos circulares. Luego secar bien con un trapo de algodón seco y limpio para que las luces queden relucientes. Por último, aplicar crema pulidora.