En 1975, hace 47 años, las Naciones Unidas institucionalizó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer debido a dos hechos ocurridos a comienzos del siglo XX: en marzo de 1911, un incendio, en una fábrica de camisas de Nueva York, causó la muerte de 130 mujeres, en su mayoría jóvenes e inmigrantes; y, en el mismo mes y el mismo año, un millón de obreras de Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza se movilizó exigiendo el derecho al voto, al trabajo justo y a la formación profesional.
Sus reclamos no solo eran por las excesivas jornadas laborales mal pagadas, sino también en contra de la construcción social y el mandato imperativo de que las mujeres primero debían ser madres y esposas y dedicarse a todas las tareas del hogar; y después, si se puede, intentar su realización personal y su autonomía. Por ello, el Día de la Mujer, más que un día de celebración y regalos, es una fecha para poner atención en todos los tipos de violencias contra las mujeres que aún hoy registran cifras alarmantes que hay que combatir.
Una lucha constante
Perú cerró el 2021 como uno de los años con más feminicidios y casos de violencia contra la mujer: hubo 136 víctimas de feminicidios y 293 casos de tentativa de feminicidio, y se atendieron 163.797 casos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar en los Centros de Emergencia Mujer (CEM). De ellos, 140.833 correspondieron a mujeres. Ocurrieron, además, 22.456 casos de violencia sexual, de los cuales el 94,5% corresponden a mujeres. Por si fuera poco, según la Defensoría del Pueblo, solo en enero de lo que va del año, se han reportado 519 mujeres desaparecidas y 18 feminicidios. Pero, además del asesinato, que es la punta del iceberg de la violencia de género, el acoso y la violencia sexual son verdugos de las mujeres en el Perú.
La lucha contra esta problemática se da también a través del empoderamiento femenino que parte del amor propio a través del conocimiento y la aceptación de nuestros cuerpos, como de la sexualidad y el poder de decisión sobre lo que queremos, deseamos y necesitamos, en libertad y con el acceso a la información adecuada. Y aunque la sexualidad femenina sigue siendo un tema tabú en muchas esferas de la sociedad, diversas especialistas en sexualidad apuntan a que el placer sexual femenino es una de las mayores herramientas del empoderamiento de la mujer en nuestros tiempos.
A través de una sexualidad libre, consentida e informada, las mujeres podemos elegir el uso del método anticonceptivo adecuado para evitar embarazos no deseados y cuidarnos de no contraer alguna enfermedad de transmisión sexual. El condón, por ejemplo, es uno de los métodos más seguros. En realidad, usar un preservativo durante el sexo es el único método que evita contraer una ITS, incluyendo el VIH y papiloma humano. Por ello, ya acabaron los tiempos en los que una mujer no podía comprar una caja de condones y llevarlos en la cartera. Al contrario, hoy ello es símbolo de empoderamiento, autonomía, libertad y responsabilidad.
Por una mejor sexualidad
En el Perú, felizmente hay instituciones que trabajan para que podamos tener acceso a la información adecuada para ejercer una sexualidad libre y saludable. Es el caso de APROPO, una organización para el desarrollo que desde 1983 trabaja para que más personas tengan acceso a información, productos de salud con calidad y servicios que les permitan ejercer saludablemente su sexualidad.
Uno de sus productos es justamente condones Piel, marca segura, accesible y socialmente responsable que desde hace más de 25 años mantiene su liderazgo en el mercado privado de condones. Además, APROPO cuenta con un servicio de atención y orientación sexual gratuito llamado “SOS – mejor si lo sabes”. Gracias a esta plataforma y sus distintos canales de atención, como llamadas, WhatsApp, Messenger de Facebook y chat en su web sosorienta.pe, se puede acceder rápidamente a conversar con psicólogos, obstetras, ginecólogos y otros profesionales expertos en sexualidad, que orientarán y absolverán todas tus dudas de manera gratuita y confidencial durante las 24 horas del día para tener una sexualidad libre, sana, plena y responsable.
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