El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su espectacular frito trujillano, con deliciosas costillas de cerdo sazonadas con chicha de jora y servidas con yuca sancochada y salsa criolla. “María, ayer te comentaba sobre la indignación que ha provocado entre los peruanos el encierro ‘dorado’ del criminal Vladimiro Montesinos. No ocupa una, sino dos celdas en la Base Naval del Callao y cuenta con una bonita terraza adornada con hermosas plantas en grandes maceteros. Inexplicables lujos para un personaje del mal que le hizo tanto daño al país, que además robó al Estado cientos de millones de dólares.
Me pregunto cómo se sentirán por este privilegiado trato a Vladimiro Montesinos los deudos de las 14 personas asesinadas, entre ellas un niño de 8 años, en la masacre de Barrios Altos. Qué dirán los familiares de los 10 campesinos del Santa, en Chimbote, quienes fueron secuestrados y desaparecidos. Me pongo a pensar si podrán dormir en paz los padres y hermanos de los 9 estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta, secuestrados y ejecutados.
También la viuda e hijos del dirigente sindical Pedro Huilca Tecse, quien fue acribillado delante de ellos en la puerta de su casa. O los padres de la agente del SIN Mariella Barreto, quien fue descuartizada viva y cuya cabeza hasta hoy está desaparecida. ¿Estarán de acuerdo con la buena vida de Vladimiro Montesinos?
Porque todas estas personas muertas de forma salvaje y despiadada, y muchas otras más que superan las 50, fueron víctimas del sanguinario Grupo Colina, creado y dirigido por Vladimiro Montesinos. Los demenciales integrantes de este comando de la muerte entre ellos el monstruo Jesús Mateo Sosa Saavedra o Juan Sosa Flores, alias ‘Kerosene’, apodado así porque había perfeccionado una técnica basada en la combinación de este combustible con petróleo para quemar los cadáveres hasta reducirlos a cenizas que estaban dirigidos por Santiago Martin Rivas, fueron defendidos hasta el último momento por el gobierno de Alberto Fujimori, que en 1995 promulgó la vergonzosa Ley de Amnistía, la también llamada ‘Ley de Impunidad’, que impedía juzgar a los asesinos de Colina.
Todo eso y mucho más hizo Vladimiro Montesinos, considerado ‘la materia gris’ del fujimorismo y que corrompió hasta la médula a las instituciones fundamentales del Estado, como las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, la Fiscalía, el Congreso y otras. Y encima, en su cómodo encierro en la Base Naval donde, por cierto, vive mejor que cientos de miles de peruanos sin casa, contaba con un teléfono celular, con el que podía mantenerse conectado con el mundo exterior. Se suponía que la prisión de la Marina era la más segura y confiable del país.
Hoy ya no lo es. Por eso, hace falta un pronunciamiento del Gobierno para que expliquen lo que está pasando. A este paso, la única manera de tener verdaderamente enjaulados y vigilados a nuestros criminales más peligrosos, como Gerson Gálvez, ‘Caracol’, que también está en la Base Naval, será lograr de alguna forma que sean extraditados y encerrados en una prisión de Estados Unidos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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