El fotógrafo Gary habla sobre los valores.
El fotógrafo Gary habla sobre los valores.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso pollo al horno, ensalada rusa, arroz bien graneadito y rocotito molido. Además, se pidió una jarrita de chicha morada al tiempo. “María, da pena ver cómo hay, cada vez más mujeres jóvenes que pierden el pudor, el respeto y la dignidad por unas cuantas monedas. El caso de las hermanas Milena y Greissy, quienes protagonizaron un triángulo amoroso con el cómico Edwin Sierra, es digno de un tratado de psiquiatría. Estas colombianas no tienen reparos en ventilar en público sus asuntos privados que son realmente tristes y sórdidos. Greissy confesó que, cuando aún era menor de edad, fue la amante de Sierra y le mandaba fotos de ella desnuda a su celular. Milena admitió que cuando lo supo no denunció al infiel por tener relaciones con una menor de edad, incluso, le perdonó infidelidades con otras cuatro mujeres. Es una historia de mentiras, engaños y traiciones. Otro caso es el de la campeona de patinaje Romina Casana, una chica de apenas 19 años que fue detenida por vender marihuana. Ella fue arrestada por la policía en Jesús María, cuando entregaba droga bajo la modalidad de ‘delivery’.

Ambos casos, tanto el de las hermanas colombianas como la deportista peruana, tienen un denominador común: bajos valores inculcados en la familia. De otro modo, no se puede explicar cómo llegan a estos extremos de desprecio por la honradez, la lealtad y la dignidad. Y aquí va un llamado de atención a los padres de familia que son algunas veces muy condescendientes y a veces hasta apañadores de este tipo de conductas. Desde pequeños, a los hijos hay que inculcarles buenos valores, formarlos como personas de bien. Es necesario cuidarlos, protegerlos de las malas juntas y de las cosas negativas que puedan encontrar en su camino. En estos tiempos de Internet, televisión por cable y Smartphones, los niños y jóvenes son mucho más vulnerables a las influencias negativas. Los padres deben entender estos cambios y luchar para que sus hijos se conduzcan por el camino del bien, de la honradez y la decencia. Hay que enseñarles a distinguir entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, pero con mucha paciencia, pues la adolescencia y la juventud son etapas de la vida muy complicadas y difíciles. Es necesario apelar al establecimiento de reglas y velar para que se cumplan, pues de lo contrario no sirven de nada. Y una cosa muy importante, los padres deben predicar con el ejemplo”. Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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