El fotógrafo Gary llegó al restaurante por una espectacular carapulcra con carne de res, chancho y gallina. “María, llegué tempranito al diario y me encontré con el mejor periodista de Policiales del país, ‘El sonámbulo’. Estaba con su gabán gris, un cigarro en la boca y su taza de café bien negro. ‘Gary, vengo del Callao. Los ríos de sangre no paran. Los sicarios y delincuentes se ríen del estado de emergencia. Tengo mis fuentes policiales. ‘Sonámbulo, varios faites nos han confesado que ahora pueden liquidar más rápido a sus enemigos, porque estos creen que están seguros en las calles y no los van a balear, así que salen confiados hasta con sus familias pero igual, pum, los llenan de plomo’.
Qué triste realidad. Gary, como periodista, tengo muchos años recorriendo el Callao, pero no dejo de sorprenderme, su terrible cambio, su decadencia, su ultraviolencia . Los chiquillos que antes paraban broncas a puño limpio, hoy cargan pistolones. Hace un tiempo acompañé al escritor y periodista Fernando Ampuero a recorrer Loreto y las zonas más picantes del primer puerto. Fruto de recorridos y profusas investigaciones, Fernando escribió una novela corta sobre el tema que se llamó ‘Loreto’, pero en ese momento se inspiró en las rivalidades entre las pandillas de Castilla y de Loreto, antes que otros ‘tiburones’ ingresen a controlar otros ‘rubros’ de los negocios ilícitos, como los ‘contenedores preñados de droga’. El mismo Ampuero me obsequió un ejemplar autografiado.
Leí la novela durante mis vacaciones, en el atardecer en un hotelito frente al mar en Barranca. Es una historia de amor y guerra de pandillas entre la de Castilla, en el centro del Callao, y el peligroso jirón Loreto, entre la avenida Buenos Aires y cerca de ‘Los barracones’. Es una guerra que, según entendidos, lleva más muertos que los que dejó el conflicto del Cenepa, entre Perú y Ecuador. Las pandillas son solo una de las causas, pues colocan sus tentáculos en distintos negocios sucios como la distribución de droga, los cupos que cobran por las obras de construcción civil, las extorsiones a los empresarios inmobiliarios y los cobros de sueldos fantasmas y ‘puestos de trabajo’ para los mafiosos, la relación turbia entre los delincuentes y algunas autoridades políticas del Callao, y por supuesto, los ríos de sangre por crímenes que pueden ser por los más absurdos motivos.
Justamente, la ‘nouvelle’ comienza cuando ‘Chito’, el futuro líder de la pandilla de ‘Loreto’, de 17 años, asesina de un balazo en la frente a un muchacho, lo escupe y se va como si nada, solo porque miraba demasiado a Laurita, su hermana, una guapa quinceañera con un cuerpazo. ‘Ahora, ya no pensarás más en Laurita’, le dice. A partir de la guerra que enfrentan con sus odiados rivales de Castilla, corre en paralelo una historia de amor con reminiscencias medievales. La muchacha pobre que se va a casar con el poderoso, encarnado en Kike, un funcionario corrupto del gobierno regional, que es aceptado por ‘Chito’ por ser necesario. Kike hace negocios con el delincuente y le da ‘cupos’ en obras. Se trata de una historia de amor en el fango. Una radiografía de un cáncer en nuestra sociedad que debe ser desterrado”. Pucha, ese señor ‘Sonámbulo’ es un gran periodista y lee mucho. Me voy, cuídense.