Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una causita rellena con langostinos, atún, paltita, tomates y, como plato de fondo, un chaufita de mariscos con rocoto, acompañado de un jugo de fresa friecito. “María, ayer escribía sobre los maltratos de toda clase que las mujeres sufren en este país, donde existe un machismo salvaje y hasta criminal. Los ataques a las mujeres pueden ir desde comentarios vulgares en la calle, hasta tocamientos, golpes, violaciones y asesinatos. Realmente, para ser mujer en el Perú hay que ser muy valiente. Algunos consejos para ellas.
* Antes de iniciar una relación, trata de conocer lo mejor posible a tu pretendiente. Si desde el principio o en alguna etapa de la relación hay violencia, aléjate de inmediato. Recuerda: Los borrachos y los golpeadores se ponen peores con el tiempo.
* Muchos exigen ‘la prueba de amor’ porque él ‘lo necesita’, anteponiendo sus deseos a los de ella. Si la mujer se niega, y el hombre es violento, pueden comenzar los insultos o golpes. Recuerda: Si siempre se aceptan las prioridades de él y pocas veces las de ella, la relación será dispareja. La mujer no será feliz.
* En este época en que hombre y mujer trabajan, ambos deben compartir por igual los quehaceres del hogar. Por ejemplo: No es justo que uno llegue a casa del trabajo a descansar, mientras el otro, que también volvió de laborar, se dedique a preparar la comida.
* Si la pareja se burla de lo que la mujer dice o hace, ella debe exigir respeto, sin gritar pero con firmeza: ‘Yo te quiero mucho y te respeto, pero no quiero que me vuelvas a hablar así. Espero que respetes lo que tenga que decir, así como yo respeto lo que dices’.
* Si el hombre, en lugar de disculparse, dice algo como ‘yo hablo como quiero’, entonces hay que decir: ‘No me agrada el tono de esta discusión, hay que dejarla para otro momento cuando estemos más calmados’.
* En una relación no puede haber ofensas de una parte, mientras la otra debe aguantar. Si él está molesto y levanta la voz, hay que dejarlo hablando solo. No se pueden aceptar malos tratos.
* Si esto se repite dos o tres veces más, porqué él siempre está molesto y ‘ella siempre tiene la culpa’, lo siguiente que puede ocurrir es la violencia física, verbal, social, psicológica o económica.
* Confrontar al abusivo no siempre soluciona el problema. En ese caso, hay que pensar seriamente en alejarse y, cuanto más pronto, mejor.
* Los padres deben quererse, respetarse y preocuparse el uno por el otro, para que los hijos vean y aprendan. No hay que levantar la voz en casa, mucho menos golpear. Solo así formaremos personas que respeten a la pareja y que, a su vez, exijan respeto”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.