Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofado de pollo con presa grande, parte pierna, arrocito blanco y su papita amarilla. Después se tomó una agüita de Jamaica para calmar la sed.

“María, muchas tragedias tienen su origen en el consumo de alcohol. Cuántas personas, bajo sus efectos, mataron, violaron, robaron y cometieron otros actos repudiables. Como la mujer que estuvo bebiendo licor toda la noche en Surquillo con el padre de sus hijos hasta el día siguiente, delante de sus hijos, y luego comenzaron a discutir violentamente a tal punto que ambos agarraron cuchillos de la cocina. Lo que pasó luego fue digno de una película de terror. Doris Pizarro Rioja clavó el arma blanca en el pecho de su pareja y esto le provocó una hemorragia que desencadenó en su muerte. La mujer se irá presa y los hijos ya quedaron traumados de por vida, necesitan ayuda de un psiquiatra urgente. Esto debe servir de alerta en las familias.

Aquí algunas de las consecuencias del abuso del alcohol:

  • No cumplen con sus responsabilidades personales ni laborales. Esto crea incertidumbre, inseguridad y peleas en la familia.
  • Puede llevar al abandono de los hijos y, si no, provoca graves daños psicológicos en los niños a medida que van creciendo.
  • Los que abusan del consumo de alcohol corren grave riesgo de perder el trabajo, y luego se les hace mucho más difícil encontrar otro.
  • También pueden perder a su familia y todas sus posesiones materiales. Muchos han acabado en la cárcel o en las calles mendigando.

¿Cuáles son las consecuencias en los hijos de padres con problemas de alcohol?

  • Pueden volverse agresivos, hiperactivos, convertirse en delincuentes.
  • Riesgo de problemas emocionales y psicosomáticos como asma y enuresis (persistencia de micciones incontroladas).
  • Retraso escolar, problemas para concentrarse, dificultades sociales.
  • Sienten vergüenza y hasta culpa por la adicción de sus padres. Además, muchas veces, se ven obligados a asumir las responsabilidades del progenitor alcohólico”.

Gary tiene razón. Me voy, cuídense.


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