Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz chaufa con tipakay y su sopita wantán. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, hoy el Perú celebra 204 años de la proclamación de la independencia, una fecha de gran significación, pues dejamos de ser un virreinato dependiente de España y formamos una república de hombres y mujeres libres. Muchas cosas nos han pasado en estas más de dos centurias. Desde guerras que nos cercenaron territorios, catástrofes, gobiernos autoritarios, terrorismo, pero aún la historia nos encuentra parados y con mucha fe. Debemos agradecer a Dios o al destino, según sea su convicción, de vivir en una tierra bendecida y de plenitud.
Pocos países pueden ufanarse de tener una diversidad geográfica y biológica como el Perú. Tenemos selva, sierra, costa y un mar rico. Sobre este territorio enclavado en el corazón de Sudamérica emergieron hace cientos de años culturas que aún hoy asombran al mundo, como Caral, Chavín, Chimú, Moche, Wari o el Tahuantinsuyo. De eso debemos sentirnos orgullosos. Cuando los españoles llegaron, no hallaron cazadores-recolectores como en otras regiones, se toparon con orfebres, arquitectos, educadores y estadistas. Casi desde el inicio de la conquista española, el Perú fue un crisol de razas y culturas. Esa mezcla de hispanos, chinos, árabes, africanos, italianos, franceses o alemanes, creó la espectacular gastronomía peruana, la mejor del mundo. Si queremos ser un país del primer mundo debemos mejorar en muchos aspectos, como la educación, la empatía, el respeto, el orden y el acatamiento de la autoridad. No contaminemos nuestros ríos y lagos, los recursos naturales y las ciudades. Seamos respetuosos con todos. Vivamos bien con nuestros vecinos, con otras gentes. Respetemos las normas de tránsito, no se pasen la luz roja ni corran como locos. Saquen la basura en tachos y cuando pase el carro recolector. No robe si lo eligen como autoridad. Piense en los demás. No engañe con universidades de cartón y si da servicios, no estafe al cliente”. Buenas palabras de Gary. Me voy, cuídense.
