Mi amigo Gary llegó al restaurante por su rico seco de chabelo al estilo Chulucanas, con cecina, carne fresca, ají limo, perejil picadito y sus chifles de plátano verde. ¡Qué rico! “María, te hablaba ayer sobre Marco Carrasco Villanueva, el joven peruano egresado de la San Marcos y que de París (Francia), luego de dos años de estudios para obtener una maestría. 

A su regreso de Francia se ha embarcado en dos interesantes proyectos para hacer de la economía una actividad más sencilla, práctica y útil a la sociedad y el país. Es decir, mecanismos que permitan hacer realidad todo lo que muchas veces se queda en el papel, en fríos cálculos teóricos o en los archivos de las computadoras. 

Pero así como Marco Carrasco, hay muchos otros peruanos talentosos que, luchando contra múltiples adversidades, han logrado destacar en el mundo de la educación, la ciencia y la cultura. Hay científicos trabajando en diversas universidades del mundo, sin haber sido necesariamente presidentes del Perú como Alejandro Toledo. Son personas de a pie, emprendedores, que salieron de abajo y ahora triunfan fuera del país.

Tenemos, por ejemplo, a Luis Miguel Rojas, quien habla 17 idiomas y es magíster en Lingüística. Este joven egresado de la Católica creció hablando tres idiomas (castellano, italiano y piamontés) y aprendió inglés a los tres años y francés, a los ocho. La lista de peruanos ‘genios’ es extensa y en ella no pueden faltar los cinco que destacan en la NASA: Carlos Noriega, el primer compatriota astronauta; Rosa Ávalos Chumpitazi, la primera sudamericana graduada en Ingeniería Espacial; Melissa Soriano, quien pasó a la historia al formar parte de la misión espacial ‘Curiosity’, que incluye la exploración de Marte con un astromóvil. 

A ellos se suman Irma Quispe Neira y Brian Zutta. Pero el talento peruano es de larga data, pues nuestra historia está llega de cerebros que nos llenan de orgullo. Allí está, por ejemplo, Pedro Ruiz Gallo, considerado como uno de los precursores de la aeronáutica moderna; o Pedro Paulet, quien creó el ‘autobólido’, un aparato que le sirvió al ruso Konstantín Tsiolkovski para inventar una nave para realizar viajes interplanetarios y que facilitó el primer vuelo tripulado a la Luna. Y cómo dejar de mencionar a Daniel Alcides Carrión, el padre de la medicina peruana, quien se inyectó el virus de la verruga, que le causó la muerte, en su afán de encontrar la cura para dicha enfermedad”. Cuántas mentes brillantes ha tenido y tiene mi Perú. Me voy orgullosa, cuídense.

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