Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante a recoger su pedido: chanchito en caja china, papas doradas, ensalada fresca y anís calientito para bajar la grasita. “María, después de tiempo llegó a la Redacción, elegantemente vestido, el periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha y emocionado me contó:
‘Como promotor de la disquera Sono Radio, me reunía con el gran embajador del cajón peruano, Caitro Soto de la Colina, autor de ‘Toro mata’, y me dijo: Te presento a mi adorada prima Susana...
Quedé impresionado por la delicadeza y encantadora sonrisa de aquella dama, quien es la misma que ha vuelto a ganar un preciado Latin Grammy, al ‘Mejor Álbum Folclórico’. Con Susana Baca me reencontré en su entrañable barrio de Chorrillos, luego de ser condecorada con la Orden de Artes y Letras de Francia. Con su sencillez, rememoró el callejón donde vivía. Confesó que de chica una profesora la arrinconó por ser la negrita del salón y no integrar el grupo de ballet.
Fue su madre, doña Carmen, quien la consoló: Hijita, eres talentosa, debes saberlo siempre. Con su voz que acaricia el alma, alzó el trofeo Festival Internacional de Agua Dulce hasta encumbrarse en Nueva York, Grecia y otros lugares, codeándose con celebridades como Mercedes Sosa y Gilberto Gil.
A la pequeña Susanita le hacía escuchar discos de Beethoven y así asomó su identidad clásica. Caminando por la avenida Abancay, como ministra de Cultura, añoró las clases en el colegio Divino Maestro.
Después, ser educadora la llevó a los cerros de El Agustino, a enseñar a leer a los niños. En casa de Chabuca Granda, en Miraflores, me enteré de que fue su ayudante personal. La alojó y al compás del piano cantaba poemas de César Vallejo. Desde su centro cultural en Santa Bárbara, San Luis de Cañete, ha convertido su canción ‘María Landó’ en himno de las mujeres fuertes, que construyen el país.
En Berkeley, California, tuvo que hacer dos funciones en una noche. Recién elegida presidenta de la Comisión Interamericana de Cultura de la OEA, se detuvo en el Parque Universitario para escuchar de un paisanito el huaino ‘Picaflor tarmeño’. Se llenó de nostalgia con sus enseñanzas en Tarma.
Es mujer de fe, con devoción, siendo escolar, representó a San Martín de Porres. Con su cultura y piel ilumina al mundo’”. Pucha, el señor Mendocha conoce a gente muy interesante. Me voy, cuídense.