Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de carne con frejoles, arrocito graneado y ají molido. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, la gente anda muy nerviosa en los últimos meses, no solo porque los robos están a la orden del día, sino también porque no hay trabajo, tampoco aumento de sueldos y las cosas suben como la espuma.
Muchos se rascan la cabeza porque la plata que ganan no alcanza y sus hijitos tienen que comer, ir al colegio y vestirse. La situación no está bien y la guerra en Ucrania y Oriente Medio no ayuda en nada. Sin embargo, en estas horas es cuando deberíamos ser más optimistas porque solo con trabajo, dedicación, disciplina y eligiendo bien a nuestros gobernantes saldremos de esta crisis.
Si le ganamos al terrorismo y la inflación de los 80, ¿qué cosa puede ser peor? Sí me preocupa que miles de jóvenes se estén yendo del país en busca de un mejor futuro, porque muchos de ellos son los más preparados, los que tienen títulos profesionales, esos que necesitamos para despegar.
El Perú no solo tiene riquezas naturales en la costa, sierra y selva, sino también gente trabajadora y creativa. Un ejemplo es nuestra gastronomía, que hoy se impone en el mundo por su diversidad, delicia y variedad.
Me quedo también con esos chicos que ganan mundiales de matemáticas y luego son becados por universidades prestigiosas del mundo. O sea, sí se puede triunfar en el Perú.
- Habla siempre en positivo. No te muestres derrotado antes de empezar la batalla.
- Sonríe siempre, saluda a todos con cariño. Disfruta la vida. Siéntete contento con lo que tienes y sueña.
- Toma las riendas de tu vida. Tú eres el capitán de tu alma, el amo de tu destino. Solo tú puedes hacer que triunfes en la vida.
- No culpes a nadie de tu situación. Ni a Dios, ni a tus padres o al gobierno. Si quieres progresar, trabaja, estudia, ahorra y haz realidad tus sueños, grandes o pequeños”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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