
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tallarín saltado de pollo. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, terrible el caso del sereno de Magdalena del Mar, Christian Alberto Harmann Cepero, quien es acusado de ocasionar la muerte de Luis Enrique Sarrín Rebolledo, de 60 años, tras propinarle un empujón en la calle. La familia afirma, además, que no recibieron apoyo del municipio.
¿Qué clase de agentes contratan en Magdalena? Es más, Harmann ha sido acusado por su propio padre, de 80 años, de haberlo golpeado a puñetes y cabezazos, lo cual denota su agresividad y violencia. La gestión de Francis Allison se lava las manos señalando que Hermann Cepero fue contratado en otra gestión, que su despido era complejo y que no conocían sus antecedentes violentos. Es el colmo, en lugar de proteger a los ciudadanos, los golpean.
No estamos seguros con serenos de esa calaña. Urge también una poda de estos empleados, en beneficio de la población. Otras veces se ha visto que agreden y roban con violencia la mercadería de pobres ambulantes, que salen a la calle a ganarse el pan, sin hacerle daño a nadie. En lugar de eso deberían perseguir a los extorsionadores, escaperos y raqueteros que abundan en todo sitio. Y eso que hace poco la Comisión de Defensa del Congreso aprobó un dictamen que facultaría a los serenos municipales a usar armas de electrochoque. Agentes como ese que mató a un anciano no están preparados para el uso de ese tipo de armas. Imagínense que lo vaya aplicando a todo el mundo, incluidos menores de edad.
Hasta ahora el alcalde Francis Allison no se ha pronunciado. Debería hacerlo como autoridad y por respeto a la familia. Menos mal Harmann Cepero ya fue detenido, pero hay otros más como él que son un peligro. Así como pasa en la Policía, que necesita eliminar a sus malos elementos, lo mismo pedimos para el Serenazgo de Lima y todos los distritos. Así estaríamos mejor protegidos”. Buenas palabras de Gary. Me voy, cuídense.
TE PUEDE INTERESAR
No a la privatización de San Marcos