Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tiradito de pescado, una jalea de mariscos con ensalada criolla y, para tomar, una chicha morada fresquecita. “María, me llenó de alegría y renovó mi esperanza en la juventud peruana la historia que publicó Trome el último sábado sobre el ‘rey del patinaje’, el chico Brian Aguilar, de solo 18 años, quien representó a nuestro país en el mundial de Barcelona y que al ver que sus padres perdieron el trabajo por la pandemia, no dudó en ponerse a repartir marcianos en los distritos donde se lo piden para apoyar en la economía familiar.
Lo curioso es que lo hace sobre sus patines, que usa con admirable habilidad. Te decía que daba alegría porque es bueno ver a un jovencito asumir responsabilidades ante las circunstancias. Sobre todo ahora en que vemos a muchos jóvenes perdiendo el tiempo sin hacer nada, o yendo por el mal camino.
Fastidia cuando en las noticias aparecen irresponsables que son sorprendidos en fiestas clandestinas bebiendo alcohol, sin importarles su salud ni la de sus seres queridos, como hermanos, padres o abuelos. Creen que el virus no los afectará, así que se van a divertir sin pensar en las consecuencias.
Esa falta de empatía es la responsable de que incontables adultos mayores sigan muriendo contagiados. La juventud no es sinónimo de irresponsabilidad y de ‘vida loca’. Claro que se pueden divertir, pero de manera responsable y segura. La juventud es una etapa bendita de la vida que debe ser bien aprovechada. Algunos consejos de los expertos para los jóvenes:
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