Mi amigo, el fotógrafo Gary, me hizo una videollamada para saludarme. “María, ahora que han abierto los centros comerciales, espero que también se acuerden de los restaurantes más pequeños como el tuyo. Tengo en la boca el sabor de tu espectacular carapulcra chinchana que preparaban los viernes con carne de res, chancho y gallina. Amiga, en la mañana me encontré en la redacción con el legendario periodista de policiales, ‘El sonámbulo’.
‘Gary, nosotros los periodistas de policiales estamos en alerta. Con la reapertura de los centros comerciales y más gente en la calle, no solo el coronavirus va a estar en su garbanzal, las lacras van a salir en manada de su ‘cuarentena’ y van a querer arrasar con todo. Por eso, mi amigo, el general, el ‘cerebro’ en la lucha contra la criminalidad, me mandó a llamar.
Lo conozco desde que era un joven alférez, pero lo gocé operativo cuando estuvo de comisario en Maranga. Allí capturó en los años 80 a ‘sangre y fuego’ al temible prófugo ‘Loco Vicharra’. Por esa captura de uno de los ‘Doce del patíbulo’, fugados del penal de Lurigancho, le dimos, en el diario donde trabajaba en ese entonces, portada y cuatro páginas. Mi amigo siempre me agradeció. Me invitaba para darme primicias, en la recordada cebichería ‘Furia Chalaca’, donde devorábamos tiraditos de mero y arroz con mariscos. Ahora mi amigo dirige un servicio especial secreto que labora de civil.
Son hombres de inteligencia. Trabajan en un ‘bunker’ inexpugnable, porque temen infiltraciones, ya que los narcos y las grandes bandas de asaltantes pagan a malos efectivos para que les suelten datos de los ‘golpes’ que prepara mi amigo general.
El sicariato está resurgiendo. Parece mentira. Habían varios ‘trabajitos’ ya pagados, pero las futuras víctimas cumplían disciplinadamente el aislamiento. Cuando en la práctica esta se rompió, la gente comenzó a salir a la calle, hasta en toque de queda, como ese joven padre de familia al que mataron en el Barrio Fiscal de Chacaritas, en el Callao. ¿Qué hacía a esa hora en la calle?
Gary, que tu periódico advierta a la población: ‘Hay dos peligros en nuestras calles, el coronavirus y los malditos delincuentes. Algo sobre lo que también hay que alertar a tu público es que se ha incrementado el número de asaltantes extranjeros. Antes de la pandemia tenían trabajo, después se quedaron en la calle y no les cayó ni bono ni canastas, y muchos cruzaron la línea.
Esos aprietan el gatillo si uno se resiste’. Se vienen tiempos duros. Se va a reactivar la economía, pero donde hay plata, negocios prósperos, allí aparecen las lacras. Felizmente, a muchos de ellos les estamos haciendo seguimiento con ayuda de nuestros ‘fites’ (dateros) y los vamos a agarrar. Pero la gente debe cuidar su salud y protegerse de los malditos que te atacan por un celular o tu billetera'”. Pucha, ese señor ‘Sonámbulo’ es un gran periodista. Me voy, cuídense.