La fe por el Señor de los Milagros traspasa fronteras.
La fe por el Señor de los Milagros traspasa fronteras.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un cebichazo con zarandaja, camotito al horno y, de fondo, un chaufita de mariscos con una chicha morada para la sed. “María, hoy sale el Señor de los Milagros en su primera procesión del año y un mar de fieles devotos lo acompañará. Solo le pido que nos ayude a los peruanos a elegir bien mañana a nuestros alcaldes y gobernadores.

En los últimos años han entrado a municipios y gobiernos regionales verdaderos delincuentes, incluso líderes de bandas dedicadas al tráfico de terrenos y extorsiones que, al ser elegidos, además de legitimarse, robaron fortunas y se hicieron ricos de la noche a la mañana. El pueblo dice basta, pero para que no se repita hay que dar nuestro voto al honesto y capaz. No se trata solo de ir a votar por cualquiera para evitarnos la multa o elegir a alguien porque regala politos. Se trata de una responsabilidad enorme, porque estamos hipotecando el bienestar de nuestros hijos. Le estamos dando poder a una persona para que tome decisiones importantes que afectarán nuestras vidas. Así que no es juego. Siempre criticamos a los alcaldes ladrones, pero no decimos que fuimos los ciudadanos quienes los pusimos allí.

Por eso iré hoy a la procesión del Cristo Morado, a rezarle por mi familia y por el Perú para que no haya tanta división, pues cuando un país no está unido no va a ninguna parte. La gente quiere que sus autoridades dejen de pelearse como perros y gatos y trabajen por el bienestar de todos. Eso no quiere decir que el ladrón, el corrupto, no deban pagar sus culpas. Claro que deben hacerlo. Pero volviendo al Señor de los Milagros, es el culto que constituye el acto público de devoción más grande del país y tal vez de toda América Latina.

El Perú, y especialmente Lima, se visten de morado para expresar su fidelidad al Hijo de Dios. Porque además de la procesión ‘central’, cuya imagen sale del santuario de Las Nazarenas, prácticamente en todos los barrios de la capital se realizan actos de fe semejantes. El Perú es un país católico y su adoración al Señor de los Milagros viene desde hace casi 400 años. Su fama es antigua y se remonta a 1655, cuando un terrible terremoto destruyó gran parte de Lima y el Callao, pero no produjo ni una pequeña rajadura a la imagen del Señor que cuatro años antes había pintado un esclavo angoleño en un simple muro de adobe, a las afueras de la capital. La fe en el Cristo Moreno es tan grande que ha traspasado nuestras fronteras y hoy hay más de 130 hermandades en todo el mundo dedicadas a venerarlo.

Por estos días, muchos peruanos y hasta extranjeros llegan para rezarle a la sagrada imagen del Señor, al que entre lágrimas le piden o le agradecen por un milagro concedido. Porque el Señor de los Milagros es precisamente eso, un hacedor de milagros”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.el señor de los milagros

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