El Chato Matta llegó al restaurante medio resaqueado y se pidió un humeante caldo de gallina con presa grande, dos huevos, papita amarilla, limón y rocotito molido. Para calmar la sed, ordenó una jarrita de chicha morada que es buena para prevenir el cáncer. “María, la semana pasada te conté de un encuentro electrizante entre el gran Pancholón y su discípulo, el famoso doctor Chotillo. Todo sucedió en el sauna privado del abogado mujeriego en medio de las burbujitas del jacuzzi y salsa y cumbia a todo volumen.
Esta vez, sonaba la voz de Leonard León: ‘...Y mi boca se muere sin ti /otra noche que debo pasar/ sin tener ya tus manos, tu cuerpo, tus labios, tu forma de amar/ Y otraaaa nooooche que paso sin ti/ que me muero por verte/ que yo siento esas ganas de amar/ este loco quererte/ otra noche que paso sin ti/ sin tener tus caricias ni amaneceresssss...’.
PANCHOLÓN: Doctorcito, la envidia es el mal de muchos peruanos, lo veo en tus ojos. Nunca serás como yo, así tengas un Audi, Lexus, Porsche, el cuello lleno de oro, eres patán, no tienes sangre ni carisma para las flacas, todas te ven como ‘monto’, ‘punto’, ‘sponsor’. Cuando hacen el amor contigo piensan en otro, se tienen que meter unos tragos para darte un beso y cierran los ojos para alucinar. Paga capricho nomás...
CHOTILLO: Gordito, ya fuiste, como le dijo Benny Blanco del Bronx a Carlitos Way, ‘estás en los libros de historia’. Vives de recuerdos, pero tu realidad dice que estás viejo, aguado, ojeroso y haces chanchita para una caja de ‘chelas’. Yo camino los fines de semana con el ‘Rey de los casinos’ y cerramos las discotecas más ‘fichas’ de Lima, en boxes privados, con unos ‘gorilones’ que no dejan pasar a nadie, solo a unos ‘cueritos’ espectaculares. Pedimos un etiqueta azul y lo dejamos por la mitad. Lo tuyo es subir el volumen de tu camioneta, tomar un trago misio y orinar en la llanta.
PANCHOLÓN: Qué triste es tu realidad. Ya pasaste los 40 años y nadie te ha dado un beso con amor, vives un mundo de fantasía, falso, vacío. Yo soy ganador, cuando tú estabas en el colegio, yo la rompía en ‘La Máquina del Sabor’. Las tías Teddy, ‘Combo’ y Amparito se peleaban por caminar de la mano conmigo. Aprende, hijo, se conquista con floro, carisma y mi legendario ‘salto del chanchito’ en La Posada. Ellas vienen a mí, a este pechito...
CHOTILLO: No sé si reír o llorar. Te cuento que el jueves pasado con mi mancha nos fuimos a comer unas carnes a ‘Osso’ de San Isidro, bife y entraña fina, y la bajamos con un vino italiano antes de irnos al concierto de Romeo Santos. A ti te vieron afuera del Nacional comprando una hamburguesa, esas que las mezclan con cartón. No seas malo’”. Asu, estos dos están de más. Me voy, cuídense.