Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofado de carne con su arrocito blanco, rocoto molido y sarsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de naranjada. “María, emocionantes todas las competencias de los Juegos Olímpicos de París 2024 que aún no terminan.
El otro día Stefano Pechiera nos dio una gran alegría al ganar la medalla de bronce en vela, modalidad dinghy masculino. Todavía quedan por competir algunos deportistas peruanos, que encarnan las aspiraciones de 32 millones de compatriotas que sueñan con ver flamear nuestra bandera otra vez en el podio.
Hay que difundir más el deporte en los chicos, menos celular, menos tablets, cero redes sociales. Que los muchachos salgan a correr, a montar bicicleta, jugar vóley y fútbol. Que tengan la disciplina de Stefano, de Kimberly García o Evelyn Inga. Ellos sí son ejemplos a seguir. Nada que ver con esos falsos ídolos de la música que hablan de sexo, drogas y vanalidades.
O los influencers que solo son pura finta, no construyen ni estudian nada. Los malos futbolistas están más preocupados en wasapear a una modelito o bailarina del momento, usar joyas caras o comprarse carrazos, pero no aseguran su futuro ni el de sus hijos.
Después, al final de sus carreras, cuando se dan cuenta de que no han ahorrado nada, se ven obligados a jugar por 100 soles todas las semanas en campeonatos de barrio. La juventud es corta. El éxito viene gracias al trabajo, disciplina, sacrificio y voluntad. Algunos consejos de quienes saben:
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