La Seño María

La Seño María: Los héroes de las calles

El gigantón Barney y el legendario periodistas de policiales ‘El Sonámbulo’ destacaron el trabajo de los buenos policías que protegen a la población.

Mi amigo, el redactor gigantón Barney, llegó al restaurante por su huevo a la rusa y su combinado de tallarín con arroz chaufa. “María, llegué tempranito a la Redacción y me encontré con el legendario periodista de policiales ‘El Sonámbulo’. Lo agarré justo cuando iba a dar una clase magistral por Zoom a sus alumnos.

‘Gary, por esto de la pandemia, se tuvieron que suspender por un tiempo mis clases virtuales a los chicos de Periodismo, pero ya estamos retomándolas. Justamente he cubierto dos hechos delictivos.

En San Martín, dos motorizados trataron de asaltar a un transeúnte que resultó ser policía. El efectivo logró reducirlos, pero un tercero le disparó a traición. Los policías son los héroes de las calles y están para protegernos.

Así siempre lo entendió Él colocó a Lituma como personaje en la entrañable pandilla de los ‘Inconquistables’ en ‘La casa verde’, y Lituma decidió ingresar a la Guardia Civil (hoy Policía Nacional). Mario siempre vio a los policías como elementos abnegados y sin los beneficios que tienen otros uniformados, como los del Ejército, la Marina o la Fuerza Aérea.

Por eso publicó su octava novela ‘¿Quién mató a Palomino Molero?’ (1986). Es la primera novela negra (policial) del arequipeño. En el desierto piurano, cerca de una base de la Fuerza Aérea en Talara, es encontrado el cadáver de un hombre brutalmente asesinado. Se trata del avionero (soldado) de esa base militar de nombre Palomino Molero.

Los encargados de investigar el caso son el teniente de la Guardia Civil Silva y su subordinado y hombre de confianza, el sargento Lituma; ese policía piurano es un personaje recurrente de su literatura, y será hasta protagónico en ‘Lituma en los Andes’. Los intuitivos, pícaros, sentimentales, románticos e implacables policías chocan con un infranqueable muro de la oficialidad de la Aviación, empezando por el coronel Mindreau de la base.

Su guapa hija Alicia puede ser la llave para que los policías ingresen a la base prohibida, donde se encontrarán con una terrible realidad que puede costarles su propia vida. A medida que se sumergen en la investigación son presa del racismo, la prepotencia y las desigualdades sociales del país, en una parte del Perú de desiertos ardientes, ramaditas, bulines, casas de esteras, playas bucólicas pero grasientas por los derrames del petróleo.

La novela es atrapante y se las estoy dejando como control de lectura a mis alumnos”. Pucha, ese señor ‘Sonámbulo’ es un verdadero maestro. Me voy, cuídense


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