El Chato Matta me siguió contando cómo terminó su historia con un viejo amor que reapareció por el Facebook. Elsita, una chica bonita, universitaria, que le gustaba leer novelas románticas, que tuvo una aventura con él, pero quería por todos los medios que abandonara a su familia para irse a vivir juntos a un departamento.
“María, al principio nuestra relación era espectacular, íbamos a los conciertos de Pedro Suárez Vértiz, Miki Gonzales y Los Mojarras. Pero después comenzó a cambiar. En todas sus conversaciones metía a mi esposa. Si no la quieres, ¿qué esperas para separarte? Comenzó a escuchar canciones de la mexicana ‘Yuri’, como el tema ‘Déjala’. Me llamaba de madrugada, sabía que estaba en mi casa y me lo ponía: ‘Dime si está junto a ti, dime si estabas besándola/sabes que no sé vivir sin ti/quiero que tomes una decisión/amor mío déjalaaaaa’, qué puede tener ella que no tenga yo, qué puede darte ella, dímelooo'. La situación se salía de control.
Ya era el colmo. Decidí romperle el corazón en Año Nuevo. La dejé plantada, vestida y alborotada. Hice la de Peter Coyote con Mimi, en la tremenda película ‘Luna de hiel’. Pero Peter fue rata, porque era soltero y la dejó sentada en un avión que se iba de París a Jamaica, y se bajó rapidito. Ella se fue sola y llorando al Caribe. En mi caso, quería que Elsita me odiara y sacara de su vida porque ella se merecía algo mejor que un hombre comprometido y con hijos, un ‘papel quemado’.
Hace unas semanas reapareció en el Facebook. ‘Chato, soy Elsa, a la que le cantabas la cumbia de Los Destellos. Me hiciste sufrir y te odié, pero gracias a ti decidí irme a Miami. Mi vida cambió radicalmente. Hace poco aproveché un vuelo humanitario y estoy de regreso en Lima, quiero verte. Te espero en la puerta del Big Bar, aunque sé que está cerrado por la cuarentena’. Llegué a la hora y no veía a nadie, solo una tremenda camioneta cuatro por cuatro parada en la puerta de la disco. Esperé media hora y cuando ya me iba a ir, la camioneta se encendió y al bajar la luna escuché que una mujer me gritaba ‘¡¡Chato, basura, sube!!’
Era Elsita. ‘Vamos a mi hotel en Miraflores. En el jacuzzi, por esta noche, vamos a convertirnos en los amantes de ‘La dama de las camelias’. Yo seré Margarita Gautier y tú mi amado Armando, ja, ja ja'. María, qué bueno que Elsita no terminó odiándome, luce sonriente y hasta me ha invitado a que vaya a Miami cuando reabran los aeropuertos. Pensé que me iba a encontrar con una tía amargada, pero felizmente la vida la ha tratado bien”. Pucha, ese Chato se pasa. A veces me parece que el cochino y sinvergüenza de su amigo Pancholón lo está contagiando. Me voy, cuídense.