Mi amigo, el fotógrafo Gary, sale de comisión todos los días y recorre los distintos hospitales de Lima muy bien protegido con su mascarilla. Me cuenta por teléfono que hay enfermos con el coronavirus que van a varios centros de salud para hospitalizarse, pero no los reciben aunque rueguen porque no hay camas ni respiradores.
“María, mucha gente se está muriendo sin atención. Algunos expertos en salud han señalado que se ha cometido un error al pretender atender a los enfermos solo en los hospitales, que es a donde llegan cuando se sienten muy mal, es decir, cuando la enfermedad está avanzada y es más complicado curarlos. Las postas, policlínicos y todo establecimiento de salud tendría que ser dotado con los implementos de bioseguridad necesarios para que atiendan a las personas que sospechan o presentan los primeros síntomas del Covid-19 y darles las medicinas necesarias de inmediato. Así se podría contener el avance de esta enfermedad, pues miles de peruanos podrían tratarse en sus casas.
Pero lo que ahora está ocurriendo es que muchos contagiados, sin poder ser vistos por un médico, se quedan en sus casas donde empeoran cada hora y se ponen graves. Al final, sin poder respirar y al borde de la muerte, son llevados a los hospitales que ya han colapsado, pues no tienen camas libres en las Unidades de Cuidados Intensivos ni respiradores mecánicos.
El otro día escuchaba al médico Armando Massé en su programa de radio donde planteaba al presidente Vizcarra una propuesta que me parece perfectamente posible de poner en práctica y que debería hacerse cuanto antes, pues estamos en un ‘Estado de emergencia’ en el que miles de peruanos están muriendo. Decía que se debería hacer un paquetito con tres medicamentos básicos ‘para pararle el macho al coronavirus’, que lleve impresa la bandera peruana, que sea prohibido de revender y que deberían tener toda farmacia y botica del país para que llegue a la población nacional, sin ningún distingo.
Ese pack debería tener un tratamiento completo para cinco días, con cinco pastillas de azitromicina de 500 miligramos, cinco pastillas de prednisona de 50 miligramos para tomar en las mañanas y un frasquito de ivermectina para que el paciente tome a razón de una gota por kilo de peso. “He sacado la cuenta y debería costar 48 soles, exonerado de impuestos, y así le da ganancias a todos. Massé señala que hay otros tratamientos, pero afirma que el que propone es efectivo. ‘Que se ponga en manos del pueblo peruano, para que la gente lo tome y con las indicaciones básicas. No le va a hacer ningún daño, dónde está el temor, dónde está el secreto’, sostiene”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.