Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un mondonguito a la italiana con arroz graneadito y para la sed pidió un refresco de maracuyá. “María, ya pasó la tensión de la campaña electoral para los distintos municipios distritales y provinciales, aunque en algunas regiones se deberá disputar una segunda vuelta para elegir gobernadores. Por eso, creo que es bueno comentar acerca de las virtudes que debe tener cualquier autoridad pública, como un burgomaestre o gobernador regional.
HONRADEZ: Es fundamental para realizar las obras que la gente necesita. La autoridad honrada no debe tocar un sol para llevárselo al bolsillo, sino cuidar los recursos con mucho celo, para hacer el bien a su comunidad. Esos delincuentes que se hacen ricos de la noche a la mañana no solo merecen prisión de por vida, sino ser fusilados, pues causan atraso y terribles daños a miles de personas.
CAPACIDAD: La honradez sola no basta para realizar un buen trabajo. Hace falta estar preparado para reconocer los problemas y necesidades de la gente y para ofrecer un diagnóstico que lleve a su solución de la manera más rápida, efectiva y con el menor costo posible para la ciudad. Una autoridad debe tener la inteligencia de rodearse de personas más preparadas, más inteligentes y de probada honradez. Es con estos colaboradores que podrá hacer un trabajo digno en bien de todos.
TRABAJO: Una autoridad debe ser capaz de trabajar todo el día por su pueblo. La tarea es titánica, los problemas son tantos que solo podrá cumplir su misión si pone dedicación exclusiva. Debe supervisar personalmente el trabajo que se le encarga a otros, para que sea cumplido de forma cabal.
VISIÓN: Debe tener una mirada más amplia y profunda que los demás. Ser capaz de adelantarse a los problemas que están por venir y plantear soluciones con anticipación. No puede limitarse solo a realizar medidas correctivas para problemas que ya existen. Eso es no tener visión.
VALENTÍA: Para denunciar a los corruptos apenas descubra actos ilegales. Debe alejarlos de inmediato, pues convivir con ellos ensuciará su gestión y su nombre. Es más, debe tener la suficiente firmeza para aclarar a los amigos y hasta a la familia que el cargo que tiene es para servir a todos en general, no para beneficiar a su círculo.
SENSIBILIDAD: Para identificarse con las personas que necesitan ayuda y para trabajar por su bien. Debe ser capaz de conmoverse con el sufrimiento ajeno y tener la fuerza para iniciar acciones que cambien esa situación y den felicidad.
Las personas que no tengan estas cualidades, mejor que se dediquen a otra cosa. Ser una autoridad es un apostolado y el único pago al que se debe aspirar es a la satisfacción de haber servido. Y esto es lo que debemos exigir a quienes piden nuestro voto”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.